Pedro Cervantes Roque | 03/03/2019 | 23:12
RICARDO GALLARDO CARDONA anunció la creación de un nuevo organismo nacional con aspiraciones de convertirse en partido si el INE le admite el registro. Cuenta con representación segura en varias entidades del país y claro, eso le representaría el seguro registro de su candidatura a gobernador en 2021. Enseguida, Xavier Nava Palacios aparece como firmante de un documento en el que los suscribientes se postulan como “contrapeso” del presidente Andrés Manuel López Obrador. Aspirantes ambos a la gubernatura del estado ¿lograron un empate técnico?
EN LAS APARIENCIAS SÍ, PERO LAS hipótesis pueden ser varias. Ambos -contendientes visibles rumbo al 2021- pudieron haber conseguido la aprobación de su proyecto por parte del presidente, quien ningún recelo tiene en que dos políticos potosinos de nueva generación realicen una contienda bajo signos distintos y con intenciones diferentes, pero en una contienda bajo condiciones diferentes al pasado inmediato. Por un lado se confirmaría la voluntad expresa del presidente López Obrador de no invadir esferas que no son de su competencia, por el otro se garantizaría piso parejo en la contienda electoral de San Luis Potosí.
NO OBSTANTE, MORENA COMO partido tiene garantizado desde ahora el crecimiento de su membresía, el mejoramiento de sus filas electorales le permitirá una acreditada presencia ante los electores. Hay que diferenciar la votación alcanzada por Morena en 2018 y la que alcanzará en 2021, cuando ya no esté la presencia de AMLO en las boletas electorales, y todo dependa de los aciertos al postular a personajes con influencia clara en el electorado local.
¿QUIÉN DE LOS DOS PODRÍA tener a Morena en su respaldo? Los dos. Como se plantean las cosas en San Luis, el presidente López Obrador no pierde en ninguno de los dos casos. Gallardo se guarda en sus adentros los alcances de su decisión de separarse del PRD y dar vida a una nueva organización política con posibilidades de convertirse en partido político. A Nava tampoco le conviene dar a conocer el tejido que tiene el proyecto que está en marcha para crear lo que él llama un contrapeso y que podría desplazarse en la escala conforme el presidente se moviera, pero en sentido opuesto y proporcional.
ESCALAN LOS ASPIRANTES MÁS allá de la esfera local de influencias políticas, pero no se separan en lo fundamental. Gallardo está a la cabeza de un grupo político que parece no tener partido ahora. Si bien la dirigencia estatal del PRD está en sus manos, formalmente ya no puede dar indicaciones pero sí estar al tanto de las disposiciones de la dirigencia nacional. Es claro que el alcance de sus negociaciones con la mayoría en la Cámara de Diputados fue lo suficientemente atractiva como para jugársela como lo hace ahora.
EN AMBOS CASOS, LA ESTRUCTURA de mando político local está superada. Oficialmente ligada al PRI, las decisiones nacionales de ese partido están muy separadas de la ruta que han trazado los dos más importantes aspirantes a gobernar el estado. Llegará el momento en que no quieran queso sino salir de la ratonera. El peculiar sentido que tiene el proceso en marcha en San Luis Potosí nos abre varias perspectivas. Si otra cosa no sucede, veremos en tres años los efectos de la cuarta transformación en materia política, cuando la velocidad alcanzada para eliminar la corrupción sea imposible de detener, sea cual sea el nivel del acierto… o del desacierto. De todos modos, lo que suceda está ya en preparación.
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