Jueves 14 de Noviembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

ESTAMOS EN GUERRA… ¿ES PREGUNTA O NO?

Leopoldo Pachecho | 20/02/2019 | 00:30

Porque hoy en nuestro país, la presencia del ejército y las fuerzas armadas en nuestra vida cotidiana, podrían estar más presentes que nunca y las múltiples interpretaciones que puede tener  esto se han vaciado sin duda hoy más que nunca en las redes sociales y en los medios de comunicación, con la estrategia de paz, del presidente de la republica Andrés Manuel López Obrador, que ha conseguido finalmente instituir lo que se antoja será su sello personal en su gobierno, con la actuación de la Guardia nacional. Aun sin saber cuáles serán los resultados ni tampoco de manera contundente sus consecuencias.
 
El Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024. Se trata de un documento que condensa la estrategia que, en esta materia, pretende seguir el próximo gobierno para buscar abatir los intolerables niveles de inseguridad que aquejan al país.
 
El plan está integrado por 8 ejes, los cuales consisten en: erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia; garantizar empleo, educación, salud y bienestar; el pleno respeto y promoción de los derechos humanos; la regeneración ética de la sociedad; reformular el combate a las drogas; emprender la construcción de la paz; recuperación y dignificación de las cárceles; y seguridad pública, seguridad nacional y paz.
 
Y el gran instrumento sin duda, que es lo que ha hecho la parte de mayor reacción es esa que refiere a la integración de un cuerpo de seguridad de origen castrense, integrado a las labores de la policía en términos de prevención y combate al delito. El problema es que ya están en las calles, pero aún no tienen el sustento legal a modo de que sus acciones sean apegadas al 100 por ciento  a la protección de los derechos humanos, a la convivencia cercana a la población a fin de no trastocar esa línea tan delgada que aún existe pero que es endeble y sensible, y que nos separa de un estado en el cual no se pretende militarizar al país, por lo que eso implica, pero que por otra parte, no podemos prescindir de los elementos del ejército ante  la indefensión de muchos ciudadanos sobre todo en las zonas rurales, y la corrupción de muchos policías que ha quedado más que demostrada a través de los años. Si tristemente amigo lector hemos llegado hasta aquí, es porque como sociedad de alguna manera lo hemos permitido, al tiempo de no exigirle en su momento a los gobiernos mejores resultados y menos contubernios que generaran el poder fáctico de la delincuencia y el crimen organizado que quieren sacar; pero que se hicieron de la vista gorda cuando entraron y recibieron los dólares que de ellos emanaba a fin de tampoco recibir las balas.  
 
Por lo pronto en nuestro San Luis Potosí, en donde también hemos tenido “nuestro parte de Guerra”, en su momento con la Guerra contra el narco de Felipe Calderón, que nos  costó miles de vidas humanas y desaparecidos, al ahora encuentro con la nueva estrategia, que indica que la guerra se acabó. Pero ¿es por decreto o por resultados? Por lo pronto el gobernador del estado Juan Manuel Carreras, da testimonio que las entidades federativas de la república mexicana están dando un voto de confianza a que esta estrategia resulte y ya tenemos 600 elementos de las guardias nacionales integrados a labores propias de la policía con toda la voluntad de cooperar según lo han dicho los propios jefes policiacos, se está buscando ubicaciones para definir también plazos e infraestructura, el municipio de Matehuala será parte de estas proyecciones con un terreno de 40 hectáreas para comenzar y atender los espacios “más desvalidos”.
 
Los que sienten agravio sin duda, porque fueron de los cuerpos policiacos con mayor inversión, siendo que su actuación tendría que haber sido suficiente, es la de la Policía federal, pues solo basta con interpretar las palabras de Manelich Castilla Cravioto en su despedida, al considerar que la inclusión de una guardia nacional, es de alguna manera considerar que los que se había hecho anteriormente no sirvió para nada. Incluyendo la famosa gendarmería, que usted y yo conocemos.
 
Los últimos años, han sido por demás duros y el gobierno de Enrique Peña Nieto al contrario de lo que se esperaba, tuvo episodios verdaderamente infames de lo que puede ser la violencia y la criminalidad, en donde San Luis Potosí no fue la excepción. Soy de manera personal escéptico  a fórmulas mágicas y a carísimas políticos para poder abatir aunque sea un poco la tormenta que hoy en día con todo y nuevo gobierno aún persiste en materia de seguridad hasta que se vea un trabajo pensado y no en soluciones sobre las rodillas.
 
HASTA LA PROXIMA.