Lilia Quevedo | Plano Informativo | 18/02/2019 | 01:10
El uso de pipas no es un fenómeno nuevo; aunque se piensa que es un mecanismo de provisión eventual, la realidad es que pasó a ser casi permanente para algunos sectores urbanos periféricos, como la comunidad de Escalerillas o las colonias del norte de la ciudad.
En estas zonas no es novedad recibir el agua de manera intermitente y abastecerse mediante pipas.
Nunca tienen agua, aunque paguen a Interapas
Hay colonias donde persiste el problema y el servicio de pipas ya forma parte del gasto fijo de las familias, aún y cuando el organismo operador Interapas continúa cobrando la tarifa por el servicio.
Este servicio se ha convertido en un negocio tan redituable que algunas empresas ya cuentan con su página web y su esquema de pedidos vía WhatsApp. En varias compañías se ofrece llenado de hasta veinte mil litros para hoteles, constructoras, salones de eventos, negocios, industria, escuela y zonas residenciales.
Hasta $1,000 cobran por 6 mil litros
Un llenado de 6 mil litros cuesta entre 500 y mil pesos y puede durar hasta un mes, las empresas potosinas compiten por obtener un mayor número de clientes y algunos se esmeran en ofertar una página de internet atractiva que ofrece esquemas de facilidades de pago y rapidez en la llegada del servicio.
Desigualdad determina el abastecimiento
Daniel Jacobo Marín, abogado ambientalista y especialista en Derecho de Aguas, señaló que lamentablemente hay colonias en la zona metropolitana que están condenadas al uso de pipas por varios factores: falta de red, problemas operativos y falta de voluntad política.
“Pienso que están marcadas por la desigualdad, sin generalizar, dudo que un fraccionamiento privilegiado tenga problemas operativos o de suministro por más de un par de días, en cambio las colonias de siempre llevan años tolerando el suministro deficiente”.
En algunos casos al desarrollo inmobiliario especulativo y de oferta de suelo para la vivienda sin control, colaboran para el desabasto de agua de uso doméstico.
No hay crisis de agua sino de gestión
“En las últimas décadas se habla de una crisis del agua, pero esa crisis no es unitaria. Podemos hablar de desabasto, contaminación, sistemas de suministro obsoletos, fracasos financieros, entre otros. El agua no tiene crisis, la crisis está en la gestión”.
Explicó que contamos con una cierta cantidad de agua (dependiendo el lugar y las condiciones biofísicas), pero el uso intensivo, el acaparamiento y la contaminación hacen que se reduzca ese volumen. “Entonces ya no alcanza para todos los usos ni para todas las personas”.
Consideró con que es urgente que las autoridades garanticen el acatamiento de los compromisos del artículo 4 constitucional y de los instrumentos internaciones sobre derecho humano al agua, “para avanzar progresivamente hacia su cumplimiento. No tienen pretexto legal”.