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Francisco Diego, artista que hace dialogar al deporte con la pintura

Notimex | 14/02/2019 | 16:39

El artista plástico mexicano Francisco Diego descubrió, no hace mucho tiempo, que entre el surf y la creación artística hay una analogía evidente: “El surfista y el artista se aventuran, uno sobre la ola y el otro sobre el lienzo, sin saber en qué va a terminar esa aventura”.

 

Diseñador Industrial de profesión, aprendió a moldear espuma y forrarla con resina. Eso es lo que se hace con las tablas de surf. “Para surfear hay que observar las corrientes marinas, el movimiento y la altura de las olas, y el viento que hace que éstas rompan; con la pintura el proceso es muy similar”.

 

Explicó lo anterior al señalar que el artista que se enfrenta al lienzo en blanco y a su inseparable paleta de colores, debe saber tomar la pintura en la cantidad exacta, aplicarla en el sitio preciso y darle la forma deseada. “En ambos casos, no se sabe cómo va a ser el final del encuentro con el mar o con el arte”.

 

Lo importante es atreverse. Él lanza trazos que no se van a poder borrar, intentos que no tienen marcha atrás. Siempre tiene idea de lo que va a pasar, con la obra cuando inicia, pero el final es incierto, como lo que el surfista obtiene una vez que selecciona su ola.

 

Así, el también artista visual Francisco Diego decidió explorar al interior del universo que permite el arte-objeto y llevó su propuesta estética a la intervención de tablas de surf de la marca mexicana Orozco Surf Boards. Actualmente, tiene terminadas dos intervenciones, de 10 que completarán la serie antes de medio año.

 

Con “El mundo es de los rifados” y “La marca del vuelo” el pintor inició esta alianza que pretende involucrar al surf y al arte desde una perspectiva contemporánea e innovadora. “El surf requiere cierto balance de quien lo practica para coordinarse con la fuerza de la naturaleza”, reiteró el entrevistado esta tarde.

 

Instalado en su estudio ubicado en San Ángel, en el sur de la Ciudad de México, apuntó que el proyecto iniciado junto con Orozco Surf Boards tiene el objetivo de intervenir, por principio, 10 tablas y posteriormente exhibirlas en Ensenada, Baja California, y posteriormente en la Ciudad de México, informó.

 

“Me gusta jugar con la dualidad. En el arte objeto que elaboro, de un lado pinto una idea, un concepto, y del otro el final de la historia que comenzó a partir de esa idea o concepto, siempre pensando que en cualquier deporte la técnica es el resultado de la repetición de constante de aparentes fracasos.

 

Sin embargo, añadió el artista, “en realidad se está consiguiendo la perfección en el movimiento. También, el surf es una forma de valorar las oportunidades, no basta con tener buen equilibrio, hay que analizar el origen de las olas para saber cómo tronará; es un intento de tomar una oportunidad diferente cada vez”.

 

“El mundo es de los rifados” (2018) es un óleo sobre resina con cobertura de resina poliéster o barniz epóxico y habla de las oportunidades y aprendizajes; de un lado de la tabla muestra un anzuelo con carnada y un pez; del otro, el mismo pez pero sin carnada. Es un intento de exponer las oportunidades aparentemente fallidas del pescador.

 

“La marca del vuelo” (2019) es otro óleo sobre resina con cobertura de resina poliéster o barniz epóxico. Representa una gaviota con un anzuelo. Lo que para algunos fue alimento o diversión para otros define como seguirán su trayectoria, con un elemento que quedara como una gran historia que contar. Del otro lado no hay nada. El espectador interpreta.

 

En síntesis, subrayó Francisco Diego, lo importante es hacer siempre el intento ante todo reto de la vida. “Puede ser que salgamos afectados, pero lo importante es que saldremos de esa experiencia marcados de manera positiva. Y con ese espíritu seguirá en su tarea de intervenir tablas de surf hasta sumar 10.

 

Esas tablas convertidas en arte-objeto pueden ser utilizadas sobre las olas o bien pueden ser colgadas en la pared como parte de sacar al objeto del deporte para convertirse en motivos de apreciación para todo el público, sin distingos de sexo, edad u ocupación, y sin que sea necesario si sabe surfear o no. “El arte es universal y para todos”.

 

Para el artista, dejó ver al tiempo que mostró las dos tablas ya intervenidas, la vida es como un lienzo en blanco, cada línea trazada, suave u oscura es una acción hecha, y así como en la vida, las acciones no se pueden borrar. La única forma de cambiar un trazo equivocado es volver a trazar y reforzar la silueta final.

 

Consiente de este metafórico punto de vista de la vida, Francisco Diego solamente usa tinta negra permanente. Al observar con detalle cualquiera de sus piezas, el público puede descubrir los trazos iniciales, haciendo al espectador cómplice del proceso de creación que en este caso dialoga con un deporte acuático.