SIN DUDA, LA RATIFICACIÓN DE Elías Pesina Rodríguez y Yolanda Cepeda como presidente y secretaria del Comité Directivo Estatal del PRI, es tan sólo un respiro para el gran reto que tienen que enfrentar ante sus militantes y si bien es cierto que ayer durante la sesión electiva del Consejo Político Estatal se les respaldó por unanimidad de los 338 consejeros, esto no significa que las expectativas de triunfo sean muy alentadoras para las próximas contiendas del 2021.
ES EVIDENTE QUE PARA LOGRAR LA unidad del partido se tiene que realizar un esfuerzo titánico, donde se requiere de la participación de todos los militantes y las estructuras que, en su momento, lo llevaron a ser el partido hegemónico de las mayorías. De entrada, sería muy iluso pensar que de la noche a la mañana cambiarán las viejas prácticas que lo llevaron a sus constantes derrotas.
AUNQUE TAMBIÉN HAY QUE resaltar que mucha culpa de esas derrotas tienen nombre y apellido, porque el PRI es una noble institución que desgraciadamente ha sido tomada como un botín por solo unos cuantos y no por los verdaderos priístas de a pie. Durante la reunión del Consejo Político Estatal del PRI, se pudo observar a militantes que en su momento fueron desdeñados, desterrados y hasta apestados por no obedece a los intereses en turno.
SIN EMBARGO, LA ASISTENCIA DE aquellos priístas que se sintieron en su momento desplazados es un buen augurio para el inicio del periodo del buen Elías Pesina, quien lejos de pretender cambiar la percepción de que fue objeto de una imposición, su principal carta de presentación es el trabajo y la convocatoria a la unidad que tanto le hace falta de los tricolores.
TAMPOCO SE PUEDE PERDER DE vista que a esta reunión asistieron priístas de peso completo, que sin duda estarán trabajando en torno a un proyecto esperanzador que les permita a los militantes volver a creer en su partido político.
EL DISCURSO DE ELÍAS PESINA, SIN duda fue muy alentador, fuerte y tajante, al grado de que la señora Lorena Valle se mostró sorprendida ante esa energía de quien fuera su compañero de gabinete (Oficial Mayor). Quien fuera mal pensado, podríamos creer que ese discurso tenía dedicatoria, sobre todo para aquellos que se han caracterizado por su oportunismo político.
SEGURAMENTE SERÁN MUCHOS los que pretenderán aprovechar el buen momento que vive el PRI, pero serán pocos los que estarán comprometidos a esperar, y sobre todo a jugársela, en las próximas contiendas bajo el riesgo de que no tengan cabida o continuidad dentro de la administración pública, como estaban acostumbrados.
SE DEBE RECONOCER QUE LA mancuerna de Elías Pesina y Yolanda Cepeda permite generar una esperanza entre los militantes, lejos de aquellos oportunistas que como ave de rapiña sólo estarán velando por sus intereses, ojalá se tenga la madurez de esta nueva dirigencia por sacar adelante este proyecto y recobrar a un PRI, que fue diseñado como un partido para las grandes batallas.
OJALÁ ESTE NUEVO ROSTRO DEL priísmo potosino le permita trabajar de la mano con el gobernador Juan Manuel Carreras, que ha sido un hombre que ha buscado dejar de lado el culto a la personalidad, y no nos referimos a que sean únicamente un satélite del poder, sino un verdadero instituto que exija cuando se tenga que hacer y respalde cuando sea necesario, porque San Luis Potosí requiere de partidos fuertes que contribuyan a una mejor democracia.
SIN DUDA LA OXIGENACIÓN política y la búsqueda de nuevos cuadros, le darán una mayor oportunidad al PRI, de salir adelante, obviamente con la experiencia de quienes han participado activamente, ya sea en cargos públicos o al interior del propio partido.