Si tú eres una de las personas que no puede terminar nunca de ordenar sus cosas, o que una vez que has terminado de ordenar comienzas a desordenar todo, esto no parece tan malo, ya que un estudios confirman que ser desordenado también tiene un lado positivo.
Ya te hemos contado en alguna ocasión que las personas desordenadas pueden llegar a ser más creativas e inteligentes. Pero es mucho más que eso, pues también se relaciona con la profesión de las personas y con su personalidad, no a todos les funcionan las mismas cosas.
Tener un escritorio o una habitación en orden puede ser favorecedor para realizar actividades relacionadas con la disciplina o con el orden y profesiones relacionadas. Por el contrario, actividades como la pintura, la escritura o que requieren mayor uso de la creatividad, pueden realizarse de forma óptima en entornos menos organizados, que favorecen la aparición de ideas.
De hecho, existe un libro que es totalmente opuesto al libro de Marie Kondo, La magia del orden; en El poder del desorden, Tim Harford o "el gurú del desorden" defiende las bondades de ser desordenado y expone por qué a algunas personas les funciona ser así.
Otro estudio de la Universidad de Minessota también lo confirma, no es que ser desordenado sea mejor a ser ordenado o viceversa, simplemente funcionan de formas distintas para las personas y ofrecen ventajas.
Así que si no encuentras una solución a un problema, tal vez te hace falta un poco de desorden en tu vida.
