Miguel Ángel Guerrero | 22/01/2019 | 11:28
Con todo y que podrí esperar con toda tranquilidad y sin esfuerzo que corran los plazos para que se llegue la fecha en la que habrá de ser designado como presidente del comité directivo estatal del PRI el perfilado para ocupar el cargo Elías Pesina se ha embarcado en un recorrido por el estado en busca de la aprobación de los militantes como si anduviera en campaña, como lo prueban las reuniones que ha sostenido con liderazgos tricolores de la zona media y de la región huasteca que han contado con numerosa asistencia.
A despecho, por lo visto, de algunos , priistas éste se encamina con toda calma al puesto para el que está siendo impulsado por el llamado primer priista del estado, el gobernador Juan Manuel Carreras López en ejercicio de su circunstancia de contar con el privilegio de impulsar al que dirigirá a su partido rumbo a las cruciales elecciones del 2021 en las que estará obligado a rendir buenas cuentas.
Generalmente, el gobernante hace uso de tal derecho con el fin de prácticamente llevar de la mano a la dirigencia a alguien de toda su confianza a efecto de que opere el proyecto político que persiga con él en esa posición que en este caso no parece ser otro más que reconstruir y fortalecer al tricolor con miras a que haga un buen papel en los procesos electorales mencionados.
Desde luego, los que quisieran ser tomados en cuenta, así como otros que ya vieron pasar sus mejores tiempos, pese a conocer esta regla no escrita no dejaron pasar la oportunidad de llamar la atención objetando la decisión carrerista de enfilar a Pesina a la presidencia estatal como olvidando que en su oportunidad la mayoría de los gobernadores de extracción priista lo han hecho igual con quien consideraron el adecuado para llevar las riendas del PRI lo que podría llevarlos a ser vistos por el jefe como incómodos para encajar en algún otro proyecto o cargo.
CABOS SUELTOS
A lo largo de su historia, el majestuoso Teatro de la Paz ha sido escenario para la presentación de grandes artistas y para la realización de importantes actos para la vida del estado y normalmente sirve para la puesta en escena de las más grandes obras teatrales que se presentan en el país, independientemente, de que ha servido de marco para conciertos de envergadura mundial. Por ello a no pocos sorprendió que se lo hayan cedido a los organizadores de un evento tan controvertido como el celebrado el sábado pasado para la elección de la “reina gay” con lo que pasó por encima de la tradicional línea conservadora con que se ha manejado nuestro monumental teatro con todo y las políticas de inclusión que se esgrimen, pues de esa manera ya nomás falta que permitan la presentación de Polo Polo o facilitárselo al Chato San Román para que vuelva a presentar las variedades eróticas que durante un buen tiempo presentó en el Alarcón, porque, no olvidar que hay niveles, hay niveles…¿ quién cilindreó a los comuneros de San Juan de Guadalupe para que fueran a la CDMX quejarse por el ardor de no haber sido invitado al negocio?...