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Empieza el año con una alimentación correcta

Agencia | 10/01/2019 | 11:46

1. Acuérdate que no todo es el peso
 
Uno de los errores más comunes es pensar que esto de la dieta es solo para perder esos kilitos de más y ¡NO! Cambia el chip y no te estreses pensando en gramos. Lo más importante es que entiendas que se trata de tu salud y de darle a tu cuerpo lo que realmente necesita. Pensar que “estás a dieta” te dará más antojos. Mejor di que “estás aprendiendo a comer mejor” y verás que tendrás más ganas de probar diferentes alimentos.
 
2. Empieza el día con energía y fibra
 
El desayuno es la gasolina de tu día, así que prepárate algo rico y saludable. Para un combo perfecto, incluye carbohidratos, grasas, proteínas, fibra, vitaminas y minerales. Además, la fibra ayudará a favorecer tu tránsito intestinal.
 
¿Qué tal una rebanada de pan tostado integral BIMBO con un huevo estrellado y su salsita? Suena bien ¿eh? pues eso acompañado de una pieza de fruta, puede ser el inicio de un excelente día.
 
3. No todas las grasas son malas
 
Tal y como lo oyes. Está claro que la grasa que contienen los tacos dorados o pambazos con chorizo son grasas que no son consideradas como buenas; pero existen grasas o aceites vegetales que se encuentran en alimentos como el aguacate, aceitunas, cacahuates, nueces, almendras, aceite de maíz o canola, etc. que son grasas saludables. No quites de golpe las grasas, para tener una alimentación verdaderamente equilibrada reduce el consumo de grasas saturadas y compénsalo con el de grasas vegetales.
 
4. No pases hambre
 
Eso de “lo ideal es comer 5 veces al día” es totalmente cierto. El cuerpo es sabio, y cuando te suena el estómago te está diciendo que necesita alimento para funcionar. ¡Hazle caso! Eso sí, las comidas deben ser ligeras y equilibradas, 2 de ellas serán pequeñas pues serán las colaciones que además de activar tu metabolismo harán que no llegues muriendo de hambre a la siguiente comida. Las piezas de fruta, barritas, semillas o gelatinas son buenas opciones. 
 
5. Cenas ligeras pero siempre ricas
 
Igual que el desayuno es el arranque, la cena será como estacionar bien el coche. Si cenas bien y rico, a la mañana siguiente despertarás con poca hambre y más contento. Eso sí, cenar bien significa comer alimentos que aunque te hagan sentir lleno, no te caigan pesados y ayuden a que tu cuerpo funcione bien durante la noche.
 
Prueba con una rebanada de pan tostado doble fibra BIMBO. Te sorprendería lo crujiente y deliciosa que puede quedar con queso cottagge y ajonjolí espolvoreado. Y si se trata de una de esas noches con mucha hambre, cambia el queso por una ensalada de pollo y aguacate, te vas a chupar los dedos.