La paranoia del desabasto de gasolina, o que tan grande es tu amor para que me des un presupuesto
EN VARIOS ESTADOS DE LA república mexicana, que en esta ocasión no en San Luis Potosí, se está presentando el fenómeno del desabasto de gasolina que tuvimos en la entidad durante estas fechas, si usted recuerda.
HACE TRES AÑOS, EN 2016 usted, yo y muchos ciudadanos, hicimos grandes filas en las estaciones de gasolina aunque en ese momento la escasez no se le atribuía a una estrategia de gobierno para combatir la sustracción ilegal o robo de combustible, conocida como “huachicoleo”.
SIENDO INICIO DE AÑO, ESTE fenómeno se atribuía a la víspera de un fuerte aumento en el precio de la gasolina, que provocaba para quienes así lo sabían, que la gasolina se almacenara por parte de los concesionarios, para poder venderla más cara. El linchamiento al entonces todavía presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a través de las redes sociales, no se hizo esperar.
EN ENTREVISTA TELEFÓNICA CON Notimex, Erick Treviño Lozano, representante regional del área de comunicación social de Pemex, con sede en Monterrey, dijo que están trabajando a su máxima capacidad para poder subsanar este desfase a la brevedad posible.
PERO ENTONCES ES AQUÍ DONDE vale la pena hacer la reflexión de la forma en la que una situación de esta naturaleza puede ser manipulada por el gobierno, y en consecuencia cuáles son las repercusiones sociales y económicas, primero y sin duda también políticas, pues esto no dejará de ser material útil para la crítica a ultranza. Si como se dijo, la intención era “hacer salir al ratón de la ratonera”, los resultados deberán salir de inmediato, pues el desabasto es un momento propicio para el negocio del huichicolero, pero también para la especulación.
Pero también es cierto que si a nivel global, por una testarudez política dejamos pasar la alternativas energéticas que estén surgiendo, por seguir escarbando pozos, nos va a salir más caro. Por lo pronto las fracciones políticas se pelean en San Lázaro, porque ya va casi un mes de administración y todavía no baja la gasolina, como se prometió, sino al contrario, hay desabasto, lo que está provocando colapsos a los que tal vez tengamos que acostumbrarnos. Citando a un doctor de pueblo con su paciente: “efectivamente, yo le dije que tenía remedio su enfermedá, pero nunca le dije que no le iba a doler la medecina”.
NO JALEN QUE DESCOBIJAN!
En ese estira y afloja que fue la discusión del presupuesto de egresos 2019 y ley de ingresos, para el estado, se definió por criterios distintos a los que históricamente se habrían generado al interior del Congreso, lo que son hoy los recursos que se van a gastar, con algunos rubros por definir aún en este año.
Y DIGO QUE ES DE LLAMAR LA atención porque históricamente los criterios estaban inclinados a ¿cuánto va a ser para la Huasteca o cuánto para el Altiplano? O cosas por el estilo que estaban relacionadas directamente con un interés de grupo, ya sea de color, partido o región. En este caso fueron más bien los temas y la agenda lo que se discutió, más que otra cosa, para poder definir los criterios presupuestales.
Y ES QUE NO SE PUEDE DEJAR DE lado la expectativa de cómo vendrán los nuevos programas federales que al final del día se tendrán que equiparar con lo local para que hubiera reservas respecto a la forma en la cual se tendría que canalizar el dinero y lo que resultaría prioritario para San Luis Potosí. El gran tema de la seguridad, el desarrollo agropecuario, salud y educación, fueron básicamente los ejes de esa cobija que casi se rompe a jirones, tomando en cuenta que no se puede perder en asuntos como desarrollo económico e infraestructura.
El tema ahora es que muchos de los programas que son coyunturales aún están en espera de que se definan los criterios de la nueva administración federal, y saber si se tendrán las riendas del caballo bien agarradas “pa darle pa elante” y no nos vaya a tirar.
HASTA LA PROXIMA