San Luis Potosí, SLP.- Los gobierno municipales de la capital potosina se han vuelto expertos en la construcción de Elefantes Blancos, obras interminables que consumen grandes cantidades de dinero sin que algún día lleguen a ser de utilidad real para la población.
El Rastro TIF
La prueba más palpable es el mítico Rastro TIF, que está a punto de cumplir sus primeros 15 años en proceso de construcción, rehabilitación o acondicionamiento, sin que hasta la fecha se haya podido mudar el centro municipal de matanza para esas instalaciones y en el que se han invertido alrededor de 120 millones de pesos, sin embargo aún no está equipado para buscar la certificación Tipo Inspección Federal, y cinco administraciones municipales.
Cementerio de Milpillas
Está también el cementerio de Milpillas, cuyo terreno se adquirió durante la administración de Jorge Lozano, sin embargo en el trienio de Victoria Labastida no se le metió mano a la obra y no fue sino hasta que llegó al gobierno municipal Mario García Valdez, que se comenzó la construcción de la primera etapa, el 2013, que incluía la barda perimetral, las fosas cuádruples, los nichos, las gavetas y los columbarios.
No fue sino hasta 2017 cuando se concluyó esta primera etapa, pero ya se estaban usando las gavetas debido a la falta de espacio en el panteón municipal de El Saucito. En junio de 2018 se comenzó la construcción de los hornos crematorios, pero la administración municipal aclaró que no tenía recursos para concluir los trabajos, de lado los pasivos que tiene este lugar.
Comandancia centro
El tercer elefante blanco de la capital es la Comandancia Centro, cuya primera piedra se colocó en septiembre de 2014. Un proyecto en el que la inversión sería de 13 millones de pesos, que se ubicaría en terrenos que con anterioridad habían sido adquiridos por el gobierno de la ciudad, frente a lo que alguna vez fue la muy popular “Cancha Morelos”.
El primer tropiezo fue con los vecinos que movidos por el temor de que hubiera celdas y detenidos en esas instalaciones que tienen enfrente dos escuelas, protestaron, escribieron y se manifestaron contra la autoridad municipal para que no se llevara a cabo, primero, y luego para que no se usara.
Finalmente se concluyó la obra, se recibió, se ha llenado de polvo mientras se discutía el futuro del inmueble para no violentar a los vecinos y darle el uso para el que fueron autorizados los recursos federales que en la obra se ejercieron.
El TePeChe
La última adquisición de este museo de elefantes blancos es el estacionamiento del TePeChe, sobre la calle Moctezuma, a un costado del Mercado República.
Inicialmente el predio fue destinado a la construcción de un mercado municipal en el que se pretendía ubicar a los comerciantes ambulantes, pero ante la resistencia de los informales, el gobierno de la ciudad optó por convertirlo en estacionamiento, obra que tampoco concluyeron y solo quedó a medias teniendo un futuro incierto.