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Comienza una relación con un acompañante en Blablacar y termina siendo asesinada

Notimex | 08/01/2019 | 22:18

Irina Akhmatova, rusa originaria de la ciudad de Tula, de 29 años y madre de una niña de ocho, fue brutalmente asesinada por Vitaly Chikirev, un hombre al que apenas conocía. Coincidieron por casualidad en un viaje en Blablacar cuando ella regresaba de Moscú a su ciudad natal. Fue entonces cuando comenzó una relación junto a este individuo sin saber el trágico final que le esperaba. El cuerpo sin vida de Akhmatova fue localizado en un bosque ubicado en la carretera por la que efectuaba el viaje. 
 
Según apunta el diario británico "The Mirror", el proceso transcurría con normalidad. Irina había contactado unos días antes con varios pasajeros que habían reservado todas las plazas disponibles, sin saber que todos perfiles que la iban a acompañar en el trayecto pertenecían a un único hombre, Vitaly Chikirev, que perteneció a las fuerzas especiales rusas, estuvo preso acusado de violación y de asalto a mano armada y también tuvo que ser internado en un psiquiátrico.
 
El presunto asesino Chikirev, de 39 años, tenía trazado el crimen de manera perfecta. Según las autoridades policiales, se valía de varios perfiles falsos en BlaBlaCar con el objetivo de encontrar víctimas fáciles a las que robar. Después de su detención, confesó el hecho aunque no desveló si había agredido sexualmente a su conductora antes de asesinarla, algo que según los informes policiales es bastante posible. En las imágenes de su confesión, afirmaba haber asesinado a una chica cuyo nombre desconocía y se mostraba arrepentido.
 
Detrás de este sospechoso ya sembraba la duda de ser un personaje exigente y superficial. En una red de contactos se autodefinía como un "hombre preparado para el matrimonio que no fumaba, ni bebía, y capaz de inspirar a una mujer para ganar dinero, prometiendole amor, sexo, cariño, confort e inspiración" e insistía en que se alejasen mujeres "pobres, que viviesen con su madre o no fuesen propietarias de un apartamento, gordas o viejas, las que no pudiesen encontrar un hombre o fuesen feministas o lesbianas". Como prueba de ello, lanzaba una publicación en Internet en la que buscaba una mujer con unas características concretas: "Que mida al menos 1,70 m, tenga al menos una copa B de pecho y que se cuide", insistía.