Bajan las temperaturas mínimas, fuera hace frío, y tú acabas de volver a casa con la sensación de haber perdido algún dedo del pie por congelación. Tienes las manos heladas, y la nariz de un rojo escarlata que bien podrías ser tú el décimo reno de Papá Noel. Te abrazas al radiador, que por supuesto estará frío porque te habías dejado la calefacción apagada. ¿Qué puedes hacer para entrar en calor? Tomarte una bebida caliente es una opción más que apetecible.