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El Papa deplora opulencia de pocos y pisoteo a dignidad de tantos

Notimex | 10/12/2018 | 11:35

El Papa Francisco deploró hoy que parte de la humanidad viva en la opulencia, mientras otra parte ve cómo su propia dignidad es repudiada, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados.

Esto en un mensaje enviado a los participantes en el congreso: “Los derechos humanos en el mundo contemporáneo: conquistas, omisiones y negaciones”, organizado por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, al cumplirse 70 años de la Declaración Universal en la materia.

Entre otras cosas, el pontífice convocó a la defensa de la dignidad humana, en especial de los miembros más vulnerables de la comunidad, haciendo especial hincapié en los “no nacidos a los que se niega el derecho a venir al mundo”.

También llamó a proteger a las personas sin medios necesarios para una vida digna, a los excluidos de una educación adecuada, a los que están injustamente privados de su trabajo u obligados a trabajar como esclavos.

Insistió en la urgencia de respetar los derechos de quienes están detenidos en condiciones inhumanas, sufren torturas o se les niega la oportunidad de redimirse, a las víctimas de desapariciones forzadas y sus familias.

También recordó a todos aquellos que viven en un clima dominado por la sospecha y el desprecio, que son objeto de actos de intolerancia, discriminación y violencia a causa de su pertenencia racial, étnica, nacional o religiosa.

Más adelante, el obispo de Roma denunció las múltiples violaciones de los derechos fundamentales en el trágico contexto de los conflictos armados, mientras que “los mercaderes de la muerte sin escrúpulos se enriquecen a costa de la sangre de sus hermanos y hermanas”.

“Hoy en día, persisten todavía muchas formas de injusticia en el mundo, alimentadas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en el beneficio, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre”, abundó.

“Ante estos graves fenómenos, cada uno está llamado a contribuir, con valentía y determinación, en la especificidad de su función, al respeto de los derechos fundamentales, especialmente de los derechos invisibles: de muchos que tienen hambre y sed, que están desnudos, enfermos, extranjeros o prisioneros, que viven al margen de la sociedad o que son descartados”, estableció.