Docenas de migrantes centroamericanos escalaron este domingo el cerco fronterizo entre México y Estados Unidos, solo para ser arrestados por guardias de la Patrulla Fronteriza en San Diego.
Integrantes de las caravanas de migrantes dijeron que ahora planean solicitar asilo político, temiendo la violencia que existe en su país.
Los tribunales tienen la obligación de escuchar todos los casos de asilo, sin importar si las personas ingresaron ilegalmente a EE.UU. o no, después de que la orden ejecutiva del presidente Donald Trump para bloquear la práctica fuera considerada ilegal.
El mandatario estadounidense emitió una proclamación el 9 de noviembre que indicaba que cualquier solicitante de asilo tenía que pasar por un puerto de entrada legal para ingresar a Estados Unidos, y que sus casos no serían escuchados de otra manera.
Pero unos días después, un juez de San Francisco bloqueó temporalmente la orden del gobierno de Trump que niega la posibilidad de obtener asilo a las personas que entren ilegalmente al país.
Mientras tanto, la caravana migrante que salió de Honduras el 13 de octubre con el objetivo de llegar a Estados Unidos se disuelve en Tijuana, donde miles de centroamericanos quedaron estancados ante la imposibilidad de cruzar en masa la frontera estadounidense para pedir asilo.
Durante más de dos semanas, casi 6 mil migrantes, en su mayoría familias con niños, vivieron a la intemperie o en condiciones de hacinamiento en un albergue que las autoridades de Tijuana improvisaron en un barrio marginal, a unos metros del muro fronterizo.v
Pero las fuertes lluvias y bajas temperaturas que golpearon a la ciudad esta semana agravaron las infecciones respiratorias que padecen los centroamericanos, y las autoridades se vieron obligadas a mudarlos a un nuevo albergue, instalado en un aislado centro de espectáculos semitechado.
Hasta el momento, unos 2 mil migrantes se encuentran en el nuevo albergue, dijo a la AFP este domingo Mario Osuna, secretario de Desarrollo Social de Tijuana.
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