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Museo explora relación entre obra y pasión de Dickens por la comida

Notimex | 02/12/2018 | 10:46

La casa-museo del escritor más importante de la época victoriana, Charles Dickens (1812-70), celebra el aniversario 175 de la publicación “Un cuento de Navidad” con una exposición especial sobre las cenas que el aclamado autor ofrecía en su casa del centro de Londres.

En 1837, Dickens y su esposa Catherine se mudaron recién casados a su primera casa en el número 48 Doughty Street, en Bloomsbury, donde el escritor escribió la famosa novela “Oliver Twist”.

La muestra “Food Glorious Food” (Comida Gloriosa Comida) presenta a Dickens como un amante de la comida y un gran anfitrión de cenas en las que ofrecía los más suntuosos banquetes de la época como ternera con carne de tortuga.

Como parte de la muestra se encuentra el libro de recetas que escribió su esposa Catherine “¿Qué serviré de cenar?”, volumen que incluye un repertorio de platillos y menús creados para recibir en su casa a entre dos y 20 personas a la vez.

La casa de cinco pisos muestra la afluencia de Dickens como un joven escritor en vías de ser famoso que se codeaba con otros autores de la zona de Bloomsbury y refleja en sus 13 habitaciones la vida íntima del escritor.

Una mesa del comedor está adornada con los más exquisitos postres de la época, elaborados por los sirvientes en las ahumadas y hacinadas cocinas del siglo XIX.

Para Dickens la comida era tan importante que lo refleja en los distintos pasajes de su obra como en Oliver Twist, el niño huérfano de la era victoriana que se atreve a pedir una segunda ración de comida, lo cual era penalizado en los orfanatos.

Una de las curadoras de la muestra, Pen Vogler, quien escribió el libro de recetas “Cena con Dickens” comentó a Notimex que la comida era muy importante para Dickens y lo refleja a lo largo de su obra.

“Lo que quisimos explorar es qué tan importante y emotiva era la comida para Dickens y eso viene desde su niñez y su historia personal. Tuvo una niñez muy difícil en la que fue separado de su familia cuando su padre fue a prisión, tuvo que valerse por sí mismo y allí entendió lo que era tener hambre”.

El ático en el quinto piso -que fue la sala de juegos de los primeros tres hijos de Dickens, Charles, Mary y Katey- explora la dura etapa en la que Dickens pasó hambre y tuvo que trabajar a los 12 años cuando su padre fue encarcelado por endeudamiento.

La curadora aseguró que para Dickens todos -ricos y pobres- tenían el derecho a disfrutar la comida y la bebida y que los niños merecían ser bien alimentados. “Eso inspira toda su obra y literatura”, aseguró Vogler.

En los Papeles de Pickwick (Pickwick Papers, 1885) Dickens hace referencia a un picnic de ensalada de langosta, rostizado de ave, tocino y cerveza, mientras que en “Un cuento de Navidad” escribe sobre los festines navideños.

La casa de Dickens que rentó de 1837 a 1839 tiene una biblioteca y un escritorio en el que escribió importantes obras como “Nuestro amigo común” (Our mutual friend, 1864) y “Los misterios de Edwin Drood” (1870) el libro que dejó inconcluso antes de morir.

Una sala presenta las invitaciones que Dickens escribió de su puño y letra a sus amigos, las cuales reflejan la puntualidad inglesa con menciones como “te espero a las cinco exactas”, una actitud “muy dickensiana”, según las curadoras.

La casa-museo que es visitada por 50 mil personas cada año también presenta el vestidor que alberga la única pieza existente del escritor, un traje de gala que usó cuando visitó al príncipe Eduardo en abril de 1870, poco antes de morir.

Los restos de Dickens descansan en “la esquina de los poetas” en la Abadía de Westminster, contrario a su deseo de ser enterrado en Rochester en una tumba sencilla.