Dr. Jaime Chalita Zarur | 01/12/2018 | 10:06
Asesinatos en serie, no es sobre el sexo en absoluto, sino sobre el poder, control y, venganza contra la sociedad.
Pat Brown
Ha pasado ya, el primero de Diciembre y con ello, Andrez Manuel López Obrador, es ya, Presidente de los Mexicanos, de todos y, no sólo de un partido político, que en esta democracia imperfecta, le ha llevado a ganar las últimas elecciones federales de nuestro País. Elecciones ejemplares, con paz y orden, gracias a la ciudadanía, pues las campañas federales, estuvieron plagadas de agravios y enconos, entre los candidatos, provocando un clima que pretendió dividir a la población.
México, debe de tener una verdadera participación ciudadana en nuestro destino, para garantizar una visión plural, incluyente y multicultural. La visión de nuestro País, tiene que ser así: Con diálogo, tolerancia y en búsqueda delo que nos sirve a todos, es el camino que cívicamente debemos seguir.
Las visiones unipersonales que por el solo hecho de haber ganado en urnas democráticas, no se comparten, no corresponde de ya, a lo que se ha prometido en múltiples ocaciones. El encuentro de los mexicanos, en la búsqueda de nuestras vidas comunes y, compartirlas, nos puede dar la fuerza de revertir los daños que nos hemos ocasionado durante muchos años.
La aplicación de la ley, tiene y, debe de ser un arma en contra de la impunidad y la corrupción. Estos males, no se terminan por decreto o, con buenas intenciones. De esta manera, habría que ejercer el poder, buscando hacer justicia para la sociedad, no para una visión personal, del perdón y, ¿olvido? Esta postura de tolerancia a la impunidad, me hace recordar a José López Portillo, que en paz descanse, cuando de frente a la Nación Mexicana, exclamó: Ya nos saquearon. México no se ha acabado. No nos volverán a saquear. No importó la colina del perro con mansiones espectaculares cuando el hambre y pobreza crecían en nuestra Patria.
Las instituciones fueron creadas para múltiples tareas pero, seguramente no, para una en específico, la inacción indolente.
No compartimos la visión de perdón a quienes lastiman a los demás en cualquier forma, pues es un factor que invita para seguir haciendo conductas ilegales. No podemos dejarnos llevar por las emociones del triunfo o, acuerdos de poder, pues nunca han sido buenos consejeros. Tampoco debemos volver, a los tiempos de la selectividad de la aplicación de la justicia, condenando a quienes por poco, sin dejar de contribuir posibles delitos, están en la carcel.
Honduras, Nicaragua, Venezuela, han sido países que fueron electos en las urnas "democráticas" pero, ahora sus ciudadanos, los mismos que eligieron su rumbo común, forman parte de interminables caravanas de emigrantes desesperados que no encuentran lo que pensaron habría para ellos, con gobiernos que se convirtieron en enemigos de la población. Por ello, cuidado, México no ha estado exento de padecer lo mismo.
Mucho habría que esperar en esta nueva administración federal, en espacial,la certeza de rumbo, terminando con las especulaciones que lastiman y obligan a sembrar más y más dudas. Igualmente terminar con un populismo que lastima a todos. Los mexicanos no necesitan limosnas de "apoyos" que se cobran caros a la sociedad, lo que es necesario es, cristalizar oportunidades para todos.
México, transita su particular democracia y, lo hace en paz. Esperemos que las desiciones políticas, como se quiere estén por encima de todo, rompiendo equilibrios construidos durante muchos años, no polarice a nuestra sociedad.