Jueves 18 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Alternancia e inquietud

Jorge Armendáriz Gallardo | 30/11/2018 | 10:09

EN UNOS DÍAS SE LLEVARÁ A CABO, como cada 6 años, el cambio de gobierno en el Poder Ejecutivo Federal en México, y la inquietud que prevalece entre los ciudadanos además de considerable, es inédita.

NUESTRO PAÍS DURANTE MÁS DE 7 décadas fue testigo de la presencia de un solo partido al frente de su destino, después de algunas décadas de esfuerzos, luchas y enfrentamientos sociales, se comenzó la apertura de los espacios de representación ciudadana. Con mucho esfuerzo, sudor y sangre, fue que las instituciones que se encargan de la transparencia, los derechos humanos y los procesos electorales, generaron un cristal más trasparente que dio como resultado que en el año 2000 encontráramos la alternancia con el arribo de un partido político diferente al que estaba “enquistado en el poder”, la llegada de la verdadera democracia, también trajo la experiencia de una oferta diferente, la verdadera competencia entre los partidos políticos mexicanos, que para beneficio de los ciudadanos inicio nuestra verdadera historia democrática.

LA DERECHA LLEGÓ Y ENCONTRÓ en el Poder Ejecutivo Federal una enorme maquinaria de difícil operación, complicada manera de bajar las líneas de discurso a las acciones, además de la cerrada labor de controlar a cientos y miles de servidores públicos y la incómoda presencia de muchos interés que se negaban a cambiar a la par del perfil en el gobierno.

DESPUÉS DE 2 SEXENIOS EL partido que dejó el poder en 2000, regresó convenciendo a los mexicanos de que sería una “nueva versión” de la política y el servicio público, confirmando que la oposición no supo gobernar como lo prometió, que atrás quedarían los vicios que lo hundieron por el excesivo abuso del poder durante varias décadas, siendo fábrica de millonarios en un país cada vez más pobre, situación que tristemente no se cumplió en la persona de un perfil muy débil que se debilitó mucho más hasta llegar a niveles bajísimos de aceptación pública al final de la gestión del presidente Peña Nieto.

EN 2018 NUEVAMENTE LLEGA LA alternancia, esta vez con la oferta de un movimiento (Morena) de izquierda, que se constituye como la tercera opción de elección, después de la pasarela fallida de 2 partidos que no convencieron a las mayorías.

ES PREVISIBLE QUE AL CAMBIAR un gobierno federal, los contrincantes, detractores políticos o afectados con el cambio de estafeta, se encargarán de “satanizar” la rotación de esta posición.

Y EN PARTICULAR EN ESTA ocasión, cuando quien ostentará el poder durante los próximos 6 años es alguien que lo buscó (de manera obsesiva) durante los anteriores 15, participando en las últimas 3 elecciones a este cargo, primero por 1 partido político (2 veces) y finalmente por un movimiento social, creado por el mismo aspirante, ya convertido en mártir y “mesías” que conveció a la más de 3 decenas de millones de mexicanos en julio pasado.

PERO TAMBIÉN DEBEMOS entender que la democracia le da la oportunidad a cada fuerza política de presentar su plataforma u oferta política, incluidos los perfiles que propone para llevarla a cabo, hacer una campaña y llegar a una elección donde se gana o se pierde; en caso de perder, aceptar esta realidad; y en caso de ganar, enfrentar la responsabilidad y expectativa de los votantes que, siendo mayoría, serán más exigentes.

NO ES NECESARIO ESTAR inquietos. Esta inquietud radica principalmente en “la bandera” de gestión del nuevo gobierno, que es tan ambiciosa que pretende convertirse en la Cuarta Trasformación del país, anteriormente fueron las Reformas Estructurales (Con Enrique Peña) y la Guerra contra el Narcotráfico (Con Felipe Calderón), este atrevimiento de contar con la confianza total en su equipo y proyecto para alcanzar un lugar en la Historia como los constructores de la Cuarta Transformación de México aún antes de iniciar su sexenio, también coloca automáticamente la exigencia de sus adversarios políticos y la expectativa de los votantes (sin partido) con anterioridad al arranque formal de su gobierno, desgaste que se sumó a las consultas públicas (carentes de valor institucional) pero con toda la intención de agradar “al respetable”, como apapacho inmediato del máximo maltratado recibido en los últimos gobiernos.

PREVIO DEL ARRANQUE DEL NUEVO gobierno en México, éste deberá demostrar que no solo se convirtió en experto en ser “oposición” en los últimos 15 años, sino que de manera inmediata también sabrá ser gobierno, con la máxima exigencia de los mexicanos que ya queremos ver frente a nosotros esa tan mentada “Cuarta Transformación”, aunque no veamos ideas de vanguardia ni equipo visionario ni perfiles probados para alcanzarla, pero inquieto sí por saber que pronto iniciará.

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