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“Los maras amenazaron a mis hijas”, cuenta una migrante

Jorge Torres | Plano Informativo | 11/11/2018 | 17:31

San Luis Potosí, SLP.- "Busco un lugar donde tengamos una oportunidad, porque yo no tengo a nadie de mi familia, mi familia solamente es mi esposo, mi suegra y mis hijas", así señaló una joven migrante hondureña que marcha con la Caravana Migrante desde el pasado 22 de octubre, con un semblante de cansancio en el que, además, su mirada denota la pesada carga de problemas de los que viene huyendo de su país natal; una vida que no ha sido nada fácil, que la ha llevado desde maltratos y amenazas de muerte de sus propios familiares, hasta el huir de la Mara Salvatrucha, que buscó reclutar a su esposo.

 

La joven migrante, quién pidió estar en el anonimato, relató que desde muy pequeña salió de su casa, su mamá tenía unos 15 hijos y la trataba mal, todos los días recibía abuso verbal de su parte. Además, tuvo que trabajar desde muy temprano para apoyar a su familia. Finalmente, cuando su madre tuvo una oportunidad, se fue a Estados Unidos abandonándolos a todos.

 

Detalló que todos sus hermanos son de diferentes papas, por lo cual, cuando su progenitora se fue, todos se separaron, yéndose con diferentes familiares. Ella se mudó con un tío, con el cual el maltrato siguió. Una de sus hermanas  se enteró de la situación y le ofreció irse con ella. Así, a escondidas, abandonaron el país. Ella tenía 13 años.

 

Vivió en Guatemala, donde, en un principio, vivió bien, hasta que se enteró de que su hermana se prostituía y tenía intenciones de introducirla al “negocio”, pero por su corta edad las personas que daban ese trabajo no se lo permitieron, en cambio le dieron trabajo en una discoteca como ayudante. Finalmente también tuvo que abandonar a su hermana cuando volvieron los maltratos.

 

Después conoció a su esposo, con quien tuvo una hija. Regresó a Honduras a pedir ayuda a su abuela y su madre, quien ya estaba de regreso. Mientras que su abuela la apoyaba, su mamá la encerró en la casa y le quitó a su niña, a quien mandó de regresó a Guatemala, con su papá, "yo tuve que reaccionar y tuve que salir también corriendo de la casa, sin dinero y sin nada, a Guatemala para buscar a mi hija, desde ahí ya no volví con mi mamá pero siempre tuve contacto con mi abuela".

 

Tiempo después, una hermana menor le habló llorando porque su mamá la maltrataba, además se estaban comenzando a relacionar con "los maras", por lo cual la trajo a Guatemala. A los 15 días su hermana desapareció y luego supo que su mamá y un hermano la habían llevado de regreso a Honduras.

 

Luego le llegaron mensajes de amenaza en los que le dijeron que ya sabían dónde vivía y que si no dejaba de hablar con su familia iban a matarla: "si llegaba a avisar a la policía ni me iba a dar cuenta cuando llegaran a matar a mis hijas".

 

Por esos problemas decidieron sumarse a la Caravana, en donde, afortunadamente, han estado bien: "no hemos tenido ningún tipo de problema con nadie, siempre hemos tratado de estar unidos, pues sabemos que hay muchos peligros", y aunque la meta es llegar a Estados Unidos, señaló que si no se puede, le gustaría quedarse en México, a donde buscaría traer a sus hijas: "porque es un riesgo de que ellas estén allá".