San Luis Potosí, SLP.- La cumbia se originó en Colombia durante la Conquista y la Colonia. Es una fusión entre la cultura indígena, negra africana y en menor medida la española. Este ritmo se caracteriza por cadenciosos movimientos en pareja, una complicidad en la pista de baile y un dinamismo de maniobras que provocan un enajenamiento para los que estén viendo tal espectáculo.
Ahora el movimiento cumbianchero ha regresado con una gran fuerza a San Luis Potosí.
Los Guerreros de la Cumbia forman parte de la escena musical potosina; esta agrupación se originó en el Barrio de Tlaxcala, conocida entre los lugareños como la “Colombia chiquita”.
“La cumbia yo la he traído siempre en la sangre, desde que yo tengo memoria, aprender a tocar un instrumento es la mejor bendición que puedes tener en tu vida, eso te va a dar a donde vayas, aunque sea tú solo, mientras sepas tocar un instrumento y cantar, compartir la alegría o alguna melodía con una persona, es lo más bendecido que vas a encontrar en tu vida”, señaló Alberto Contreras, fundador de la agrupación.
Uno de los escenarios de Guerreros de la Cumbia es el Mercado República, en el área de fondas y puestos de antojitos instalan sus instrumentos, su equipo de sonido y su actitud gozadera. Con el primer acorde y golpeteo de los timbales, la vibra cambia y los problemas se olvidan, la gente se emociona, se queda perpleja y entre canción y canción piden tarjetas para futuros eventos.
Con orgullo, Alberto Contreras recuerda que inició en el mundo de la cumbia desde los 11 años, su mentor fue Mario Quistián, fundador del Sonido Kiss: “Yo le cargaba sus bocinas, le conectaba sus luces, poquito a poquito él me enseñó a hablar ante la gente, a desenvolverme, a animar un evento, y cuando venían grupos, los mismos hijos de Don Mario le decían, dale chance de que se eche un palomazo, este canta bonito”.
Contreras subió a cantar con Los Caminantes, Los Bukis, Parranderos de Colombia, Lila y su Perla del Mar. Hace poco que compartió escenario con el legendario Celso Piña, que incluso les regaló un acordeón para que siguieran con el movimiento en San Luis Potosí.
Por esta serie de extravagancias, no es extraño que la cumbia se haya expandido rápidamente por América Latina, llegando a México para quedarse. Este ritmo tan peculiar reina en las fiestas, bodas, posadas o cualquier otra celebración del imaginario popular.
“Amor, desamor, rebelión, problemas sociales, de todo, ya están las letras, así es esto de la cumbia”, señaló Beto, timbalero de la agrupación desde hace dos años, quien aunque se reconoció rockero de corazón, dijo encontrar un fenómeno muy interesante en la cumbia.
“El movimiento está muy fuerte, y más que nada porque se está desprendiendo a raíz de que se han creado muchos grupos cumbieros en San Luis Potosí, y también por lo mismo que viene mucho grupo cumbiero a tocar de afuera, se ha hecho muy popular el género”, expuso Isaí, bajista de la banda, quien inició también en el rock, la música versátil, la balada y está probando las mieles de la cumbia.
En décadas pasadas, la cumbia se sectorizó hacia públicos muy específicos. Este género se consideraba exclusivo para sectores no privilegiados. Las últimas colaboraciones musicales entre agrupaciones tradicionales de la cumbia y representantes de la escena pop, rock e indie, lo potenciaron hacia nuevos panoramas y nuevos públicos.
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