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El panorama en las elecciones internas de Estados Unidos

Agencia | 05/11/2018 | 14:06

En apenas unas horas, Estados Unidos celebrará las primeras elecciones legislativas desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, una cita considerada como un ‘referendo’ para el presidente y en la que los demócratas aspiran a hacerse con alguna de las cámaras del Congreso, ahora en manos republicanas.
 
Los 435 escaños de la Cámara de Representantes más un tercio de los cien asientos del Senado estarán en juego, así como 36 gobernaciones y cientos de cargos públicos estatales y locales.
 
Los comicios se presentan como una oportunidad para las demócratas, después de la debacle de las de las elecciones de 2016, cuando no sólo perdieron la presidencia del país, sino que los republicanos también afianzaron su control en ambas cámaras del Capitolio.
 
Durante los últimos meses, en los que ha habido primarias, los republicanos que más victorias han logrado han sido aquellos cercanos o respaldados por Trump, mientras que los demócratas han visto cómo muchos rostros nuevos, más diversos y más mujeres, han vencido para librar la batalla del 6 noviembre.
 
No obstante, en ningún caso se trata de fenómenos hegemónicos, sino de tendencias electorales que pueden definir el panorama después de los comicios.
 
El profesor de Ciencia Política de la Universidad de Iowa Steffen Schmidt explicó que, aunque el incremento de candidatos más a la izquierda ha aumentado frente a los clásicos en el Partido Demócrata, los primeros siguen siendo una minoría y si son elegidos tendrán que trabajar con colegas de mayor edad o más conservadores.
 
Este es un fenómeno similar al del llamado Tea Party en el Partido Republicano.
 
"Sin embargo, la esperanza es que en muchos distritos o en algunos estados, los progresistas conecten mejor con las circunscripciones. Eso podría ayudarles a ganar asientos. Pero si alguien demasiado liberal compite en un distrito conservador, el partido perderá escaños", agregó.
 
"Creo que el movimiento progresista es fuerte, pero puede que no sea tan grande como esperamos", añadió el experto respecto a la ‘ola azul’ de la que presumen los demócratas y que, según las encuestas, parece estar provocando un inusual entusiasmo para unos comicios de medio mandato.
 
CÁMARA BAJA
 
Los cálculos de la unidad de datos del diario The New York Times apuntan a que los demócratas tienen un 84 % de posibilidades de hacerse con la Cámara Baja, donde necesitan arrebatar a los republicanos al menos 24 escaños para lograr la mayoría.
 
Los republicanos disponen actualmente de una cómoda mayoría (236 curules contra 193 demócratas, con seis vacantes).
 
Si los demócratas se hacen con el control de la Cámara Baja, aumenta considerablemente la posibilidad de que se inicie un impeachment contra Trump.
 
También encabezarían las comisiones parlamentarias que podrían ahondar las investigaciones sobre la presunta colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia durante la carrera presidencial de 2016.
 
SENADO
 
Sin embargo, en el Senado la hazaña es más complicada, ya que los demócratas tienen que defender más asientos que los republicanos, y en estados especialmente conservadores.
 
Florida, Arizona, Texas, Indiana, Missouri y Montana son algunos de los territorios donde los sondeos apuntan a que la lucha entre los aspirantes estará más apretada, pero, de acuerdo al mismo periódico, lo más probable es que los republicanos mantengan la mayoría en el Senado, con un 82 %.
 
Los republicanos ostentan una ajustada mayoría de 51 contra 49.
 
Pero la disputa electoral se anticipa difícil para los demócratas, pues deben defender 26 bancas, seis de las cuales se ven amenazadas, contra solo nueve de los republicanos.
 
Los senadores se eligen por seis años y también asumen en enero próximo.
 
Pero en caso de que los demócratas se alcen con el control del Senado, podrían bloquear eventuales nombramientos de Trump a la Suprema Corte, el sistema judicial federal o cargos ejecutivos, pues la Cámara alta tiene la última palabra para confirmar esas designaciones.
 
GUBERNATURAS
 
Las gobernaciones también están controladas en su mayoría por los conservadores, y no todas están en juego en este ciclo electoral, pero los demócratas podrían igualar más la balanza y acumular un mayor poder en los cargos estatales más altos a nivel ejecutivo.
 
Según los sondeos, los demócratas recuperarán al menos entre seis y ocho gobernaciones ahora en manos republicanas, mientras que puede que los conservadores arrebaten una a los demócratas.
 
Un aspecto clave será la movilización del voto joven y de las mujeres, dos grupos que parecen estar especialmente comprometidos con estas elecciones tras la llegada de Trump a la presidencia y sus políticas más radicales.
 
Las acusaciones de acoso sexual contra el recién confirmado juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh y el comportamiento de los senadores republicanos en ese proceso parecen haber tenido consecuencias electorales, instalando una sensación pesimista entre los demócratas que ha permitido a los republicanos acortar distancias en los sondeos.
 
En cualquier caso, más allá de las encuestas de aprobación sobre Trump, que apenas superan el 40 por ciento, los comicios serán toda una prueba para la gestión del magnate, así como para el proceso de reconstrucción del Partido Demócrata ante las presidenciales de 2020.