Por instrucciones de las oficinas centrales respectivas, los delegados federales que hay en San Luis Potosí ya deben haber empezado a preparar la entrega- recepción de sus oficinas y ponerse a disposición de sus superiores pues es de esperarse que la mayoría sean remplazados en virtud de que varios de ellos no han funcionado como corresponde a su obligación de actuar como representantes o autoridad en las políticas de cada dependencia que se desarrollen en la entidad.
Seguramente, por el triste papel que han desempeñado algunos de los delegados enviados a esta plaza, no serán muy extrañados por los potosinos, como podría decirse de los que representan aquí las dependencias encargadas de velar por el respeto a las normas ambientales y de hacer valer las prohibiciones de contaminar cualquier región o zona sin importar la forma en que se haga como son los delegados de Semarnat Profepa y demás de este rubro que han pecado de complacientes con el envenenamiento de Cerro de San Pedro y sus alrededores provocado por las nocivas operaciones extractivas de metales de la Minera San
Xavier y otros que han pasado sin pena ni gloria como la de la SEP cargo que durante muchos años ocupó el ejecutor de la gran obra educativa gestionada por el profesor Carlos Jonguitud durante su ejercicio gubernamental, como se recuerda al ya finado José Luis Cervantes González de cuyo historial debió enterarse la que está por salir Lucía Garate para intentar emularlo en algo.
Entre los delegados federales que han pasado por SLP también hubo los que dejaron huella por lo anecdótico de su circunstancia como lo fue aquel delegado de la Codeme de los años setentas y ochentas puesto al que llegó ya bastante entrado en años, el profesor Fausto Gonzáles quien llegó con la aureola de ser in hijo no reconocido del general Lázaro Cárdenas lo que de nada le sirvió para hacer un papel aceptable en el fomento e impulso del deporte aunque nunca faltaba a cuanto acto oficial lo invitaban.
Claro que también hubo delegados que anteponían su comodidad por encima de atender temprano sus responsabilidades como fue el caso del maestro y gran memorista Ernesto Báez Lozano durante muchos años delegado de la secretaría de trabajo, famoso porque
nunca salía de su casa antes de las 10 de la mañana ni recibía llamadas telefónicas, así fueran por cuestiones de trabajo, antes de las 14 horas lo que no impidió que se convirtiera en uno de los personajes del medio político más apreciado y reconocido, entre otras cosas, por sus amplios conocimientos sobre la música clásica y por sus cualidades memoristas, además de otros con distinto perfil como el eternamente raquetbolista delegado de la secretaría de la reforma agraria Adalberto Puente Pérez.
En fin, son muchos los delegados federales que se irán con la certeza de que no serán recordados por su buen desempeño mientras otros lo serán por su gusto a las reuniones socialités.
Tal vez por la instrucción de preparar la entrega de las delegaciones, algunos de ellos andan en busca de alguien que pueda contactarlos con el súper delegado del presidente electo Andrés Manuel López Obrador Gabino Morales Mendoza con el fin de sondear la posibilidad de ser ratificados en esas cómodas posiciones aunque éste ha dicho que no hay intenciones de hacer eso con nadie pues hasta se habla de que desaparecerán las delegaciones federales.
