La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó que una parte de la sociedad busque "sofocar" la demanda de ayuda de la caravana de migrantes hondureños, "al percibir esos gritos como amenaza para su confort e intereses propios".
En tal sentido, pidió a los obispos mantenerse en diálogo con las autoridades civiles, a quienes instó en sus distintas funciones y niveles, "a atender lo que el mismo marco legal de nuestro país prescribe, acordes a los pactos internacionales suscritos por nuestra nación".
En una carta firmada por el presidente de la CEM, el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, señaló: "Todos en la Iglesia y en la sociedad estamos llamados a salir al encuentro de los desplazados"
Además, indicó que se debe ofrecer el apoyo organizado y espontáneo como principio de humanismo y caridad.
"Hoy en especial nos inquieta el grito estremecedor de nuestros hermanos de Honduras y de otros países centroamericanos que han emprendido una caravana en búsqueda de la supervivencia, un éxodo de liberación", subrayó.
"Es un grito inarticulado que todo lo expresa en el silencioso e inhumano desplazamiento. Y asombrados contemplamos que con esta caravana, como con los distintos gritos del pobre, surgen miembros de la sociedad tratando de sofocarlos al percibir esos gritos como amenaza para su confort e intereses propios", añadió.
La CEM resaltó la atención y acompañamiento pastoral instrumentados por la Dimensión de la Movilidad Humana en los 133 albergues y centros de atención y orientación con que cuenta la Iglesia.
Además del presidente del Epsicopado, firman el comunicado Alfonso G. Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey y secretario general de la CEM, y Guillermo Ortiz Mondragón, obispo de Cuautitlán y responsable de la Dimensión de Movilidad Humana.
nacionales
