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Destinos terroríficos para viajar en Halloween

Agencias | 15/10/2018 | 21:11

La fiesta de Todos los Santos o 1 de noviembre es una buena época para tomarse unas mini vacaciones en las que viajar a precios más baratos que en verano. Si resides en Madrid, incluso puedes estirar la duración de tu escapada aprovechando la festividad de la Almudena, el día 9 del mismo mes. La celebración de Halloween en la víspera de esta fiesta nacional está cada vez más extendida por todo el mundo. Si quieres disfrutar del terror y el misterio que rodea a esta fiesta de una manera diferente, opta por viajar en Halloween a destinos cuyo pasado está lleno de historias y leyendas horribles y misteriosas, las cuales podemos recuperar gracias al testimonio de su patrimonio monumental y cultural… ¡y de los espíritus de los habitantes que las protagonizaron! ¿Realmente quieres marcharte a estos lugares?
 
Escapada rural por el noreste de España: Belchite y Zugarramurdi
Diferentes capítulos de la historia han hecho que estos dos pueblos del noreste de España se relacionen con el terror y la muerte. Os proponemos una escapada de varios días en la que disfrutar de las leyendas y del patrimonio arquitectónico y natural de estas dos localidades que distan poco más de 300 kilómetros.
 
Por Belchite (Zaragoza) han acontecido varias batallas a lo largo de la historia, litigadas en las guerras púnicas, la de Secesión y la Carlista, hasta que en 1937, el pueblo fue arrasado en la Guerra Civil. Desde entonces, Belchite es un pueblo fantasma por el que apenas ha pasado el tiempo. Por eso, más de 10.000 turistas pasan cada año por este municipio aragonés, atraídos también por las leyendas que hablan de que en las calles de Belchite aún vagan las almas de los fallecidos durante la guerra y se escuchan bombardeos, disparos, campanadas, susurros, gruñidos y lamentos. Por tanto, no es de extrañar que este pueblo sea frecuentado por investigadores de lo paranormal (hasta en la cabecera de Cuarto Milenio podemos ver imágenes de Belchite).
 
Paseando por Belchite podemos ver muros con restos de metralla, las ruinas de los conventos de San Rafael y San Agustín o la iglesia de San Martín, la torre del reloj, el cementerio, las cuevas que cavaron los lugareños para refugiarse de los bombardeos, y hasta coches como el Simca 1200 o el Citroën 2cv, quizá de los pocos que permanecieron en el pueblo hasta los años 60.
 
Entre 3 y 4 horas, según el itinerario elegido, tardaremos en llegar a la segunda parada de esta terrorífica escapada, Zugarramurdi (Navarra). Tiene poco más de 200 habitantes y pertenece al Pirineo occidental navarro, cercano a la frontera con Francia. Siglos antes de que Álex de la Iglesia dirigiera su famosa película, Zugarramurdi ya era conocido como el pueblo de las brujas. Y es que en 1610 la Inquisición acusó de practicar brujería a decenas de personas de la comarca de Xareta, condenándolas a la hoguera.
 
Es imprescindible por tanto visitar el espacio en el que se practicaban los supuestos akelarres, ritos paganos y prácticas de medicina natural en realidad. Se trata del “Sorginen Leizea”, que en euskera significa la cueva de las brujas, un enclave natural en el que podemos contemplar el arroyo Orabidea, cuya corriente excavó la cavidad del “Infernuko Erreka” o la “Regata del infierno”. Junto a la gruta se sitúa el prado del Akelarre o Campo del Macho Cabrío.
 
Además de recorrer el camino de la cueva de Zugarramurdi, puedes practicar senderismo dirigiéndote hasta las cuevas de Urdazubi/Urdax y Sara. Este sendero de las cuevas abarca unos 7 km. y es de poca dificultad. Señalizado con un caballo azul, discurre entre prados, riachuelos y frondosos bosques de hayas, robles, castaños y pinos. No es de extrañar, por tanto, que el nombre de la comarca, Xareta, signifique ‘tierra arbolada’.
 
A fin de esclarecer la historia de los procesos inquisitoriales, la localidad navarra ha rehabilitado su viejo hospital para crear el Museo de las Brujas de Zugarramurdi, que organiza además visitas guiadas por el pueblo. Durante su recorrido podrás conocer la comarca de Xareta, la historia de “La caza de brujas” desde su origen, y las costumbres y rasgos de la sociedad de la época.
 
Zugarramurdi cuenta además con un interesante patrimonio arquitectónico visible en sus edificios populares y casas señoriales, así como en el molino harinero o las caleras.
 
Un tour cultural y de aventura por Transilvania siguiendo el rastro de Drácula
No es extraño asociar Transilvania al Conde Drácula y a paisajes tenebrosos con castillos y edificios ruinosos y a peligrosos e infinitos bosques. El cine y los libros se han encargado de fijarnos esas estampas en nuestra mente bebiendo de la historia y de mitos y leyendas. Sin embargo, viajar a Transilvania para ver el castillo de Drácula, entre otras muchas cosas, es una experiencia cargada de misterio y terror, pero también de admiración, de belleza y de disfrute gracias a su patrimonio arquitectónico, natural y cultural.
 
Para llegar a la región de Transilvania lo ideal es viajar a Cluj Napoca, la capital. En España existe vuelo directo con la compañía Wizzair desde Madrid, Barcelona, Alicante, Palma, Zaragoza, Valencia y Málaga. Si en cambio te conviene viajar a Bucarest y no quieres viajar en coche durante 6 o 7 horas o muchas más en tren, puedes optar por tomar otro vuelo interno, que dura alrededor de una hora.
 
Parar en Cluj Napoca te llevará a conocer bellas zonas como la Plaza Avram Iancu, que alberga la Catedrala Ortodoxa y la Ópera Nacional. Otra plaza importante es la de Unirii, gobernada por la Basílica de San Miguel, de la que parte la calle Iuliu Maniu, famosa porque sus dos lados son prácticamente idénticos. Al norte de la plaza empieza el centro histórico de Cluj-Napoca, de calles empedradas y estrechas.
 
Si tu viaje de Halloween se extiende durante más o menos una semana, no dejes de visitar también Bucarest, conocida como la París del Este. Uno de los imprescindibles que ver en la capital de Rumanía es el Palacio del Parlamento o Casa del Pueblo, que, promovido por el presidente Ceausescu, es el edificio administrativo civil más grande del mundo y el segundo edificio más grande del mundo tras el Pentágono. Vlad Tepes o Drácula también está presente en Bucarest. Si paseas por el decadente pero encantador Casco Viejo conocerás los restos de la Curtea Veche, residencia en la que se estableció la primera corte de la capital y el propio Conde. En el Museo Nacional de Historia se expone un retrato de Vlad el empalador, considerado un héroe nacional por conseguir expulsado a los turcos, y un documento del siglo XV con su firma.
 
El plan para Transilvania es el siguiente. Inimaginable no pasar por Bran, donde se halla el Castillo de Drácula. Data de finales del siglo XIV y tal vez fuera el refugio del Conde cuando escapaba de los turcos. Los alrededores de Bran merece la pena recorrerlos en coche para disfrutar de un paseo digno de reportaje fotográfico entre granjas, colinas y campos de heno. Conviene parar también en Brasov y admirar su bella arquitectura barroca y su iglesia negra, con hermosas alfombras turcas en su interior. Hospedarse en esta localidad es cómodo para ir recorriendo esta zona de Transilvania. Cómo no visitar la ciudad y la casa donde nació el príncipe de Valaquia. Se trata de Sighisoara, una villa medieval fortificada característica por las coloridas casas de sus calles. Durante la noche de Halloween es posible revivir el temible y antiguo ritual de la matanza de los muertos vivientes, los procesos a las brujas, el tour de los cementerios, la boda de Drácula y disfrutar de gastronomía típica y espectáculos folk. La casa de Vlad Tepes organiza en estos días un tour especial de Halloween durante seis días por ciudades como Bucarest, Alba Iulia y Brasov, entre otras. Otro castillo relacionado con la vida de Vlad Tepes es el de Poenari, que lo ordenó construir a prisioneros turcos. La recompensa de subir sus casi 1.500 escalones es la de las vistas de las gargantas de los Cárpatos. Después de visitar los lugares donde nació, vivió y dominó Drácula, no íbamos a irnos de Transilvania sin despedirnos del Conde. Para ello, acude al Monasterio de Snagov, donde se encuentra su tumba.
 
Los amantes de los deportes de aventura encontrarán su paraíso en el desfiladero de Borgo o paso de Tihuta: el recorrido, por el que conviene moverse en coche, va desde el lago Colibita hasta Vatra Dornei, ya en Moldavia, pasando por el pueblecito Lunca Ilvei y el Hotel Castel Drácula. El lago cuenta con barcas de alquiler e islas para nadar. Cerca de Mureseni hay un sendero señalizado con círculos rojos que conduce a Pieatra Fantanele, donde se ubica el hotel, que a su vez se sitúa donde Stoker ubicó la ficticia residencia de Drácula. La atracción del negocio es la habitación del Conde: oscuras escaleras, el féretro del vampiro a la luz de las velas… ¡y susto!
 
Acoge a los espíritus en el Día de Muertos en Oaxaca
¿Cuántas veces hemos visto esas calaveras mejicanas coloridas y floreadas, tan macabras y románticas a la vez? Si decides festejar El dia de los Muertos en México, que se celebra el 2 de noviembre, podrás disfrutar de las tradiciones propias de cada estado y de algunas que son comunes en todo el país. Vayas donde vayas, te verás rodeado de Catrinas, peculiar representación de la muerte creada por Diego Rivera, y de mariachis, y estarás obligado a probar las vistosas calaveras de azúcar o el pan de muerto, un bollo azucarado con forma de cráneo y otros huesos.
 
Desde noviembre de 2003, el Día Muertos es Patrimonio Cultural Inmaterial, porque, como recoge la UNESCO, es “una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor relevancia entre los pueblos indígenas del país”. Pero si tenemos que proponerte un destino en concreto para estos días de celebración (del 31 de octubre al 2 de noviembre), te recomendamos viajar a Oaxaca, a unas 5 horas en en coche o bus desde el DF.
 
Por la belleza de sus monumentos fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Los imprescindibles son la Catedral, ex conventos como el de Santo Domingo de Guzmán, jardines como el etnobotánico, sus mercados, el museo textil y zonas arqueológicas como las de Monte Albán y Mitla.
 
En las fiestas de muertos, deja tiempo para hacer el wanderlust y pasear tranquilamente por Oaxaca. El olor a incienso y un camino de pétalos y velas en las calles señaliza a los espíritus el camino de regreso a casa. Los coloridos y recargados altares de papel, velas, flores, alimentos y objetos de uso cotidiano predominan en todos los edificios de la ciudad. No hay casa que no reciba a sus muertos en este día sin estas ofrendas. No te pierdas los desfiles de comparsas, durante los que podrás admirar la calidad de los disfraces y bailar al ritmo de música tradicional. Otra etapa obligada en esta macabra escapada es el tour por los cementerios de la ciudad, donde las familias se preparan para acoger los espíritus de sus difuntos con un gran banquete. Alrededor de las tumbas, que cubren con coronas de flores y telas, comen y beben, especialmente pavo, pan de muerto y chocolate oaxaqueño. Una jornada en el que la muerte se acoge de un modo tan natural que podrás tanto contemplar a las bandas de mariachis por el camposanto como ponerte a conversar con los lugareños, que te invitarán a brindar con mezcal y tal vez te cuenten la historia de los fallecidos. No enfades a los muertos y compra algunas velas y flores para depositarlas sobre alguna tumba que nadie haya visitado ese año.
 
Si quieres añadir adrenalina a tu viaje a Oaxaca, elige alguna excursión a las afueras de la capital para practicar deportes en la naturaleza. Recomendable hacerlo en la maravillosa Hierve el Agua, un paraje a 70 kilómetros de la capital en el que maravillarte con el verde de las montañas y el rumor de sus cascadas. Practica shinrin-yoku a la vez que vas fotografiando las vistas que te proporciona el recorrer el sendero que te llevará a nadar en las pozas naturales. Si deseas hacer noche, encontrarás unas sencillas cabañas y rústicos restaurantes con menús económicos.