Este 14 de octubre, el Vaticano canonizará a monseñor Óscar Arnulfo Romero, luego de que fuera declarado beato en mayo de 2015.
Era un arzobispo tradicional y conservador que se convirtió en un encendido defensor de los marginados, con una contundente oratoria contra la injusticia social en su país, El Salvador.
Arnulfo Romero será el primer santo y mártir que canoniza un papa por defender los derechos humanos, siendo reconocido por el santo padre por “abandonar la comodidad de los conventos y salir en busca de los pobres en sus comunidades”.
Pese a su labor en favor de los más necesitados, fue perseguido, iniciando los intentos por acallarlo en febrero de 1980, cuando la radio católica YSAX fue dinamitada.
La noche del 24 de marzo de 1980, el arzobispo fue asesinado por un francotirador mientras oficiaba misa en la capilla del hospital Divina Providencia, al norte de El Salvador.
Hasta 1993, una Comisión de la Verdad de Naciones Unidas culpó al mayor del ejército Roberto D’Aubuisson, de ser el autor intelectual, no obstante, nunca enfrentó la justicia.
La causa para canonizarlo fue abierta en la Iglesia local en 1994 y en 1996 pasó a Roma donde quedó estancada. En abril de 2013 Francisco la reactivó.
El 3 de febrero de 2015, el papa firmó el decreto que le declaró mártir de la Iglesia, al haber sido asesinado por “odio a la fe”, y fue beatificado poco después.
Este domingo será canonizado luego de que la Iglesia aprobara como válido un milagro en la salvadoreña Cecilia Maribel Flores de Rivas por intercesión de Romero.
