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Diez recomendaciones para superar una depresión

Agencias | 09/10/2018 | 20:46

En nuestra sociedad se habla, en ocasiones con demasiada ligereza, de la depresión. Es fácil que cuando una persona se siente apática, cansada o triste por cualquier motivo acuda a un manido «estoy depre». Sin embargo, según Verónica Corsini, psicóloga fundadora de Psyquia, es fundamental saber que la depresión se caracteriza por un conjunto de síntomas relacionados con el mundo afectivo de la persona, su cognición, su voluntad y con una gran carga somática. «Es decir —matiza—, todo sujeto está afectado psíquica y físicamente de una manera global. Muchas personas que sufren depresión lo describen como “un peso” que no les deja seguir adelante».
 
La tristeza, en cambio, la define como una emoción básica del ser humano. «Atañe solo a un aspecto de la persona, estando relacionada con la esfera de los afectos y es de menor intensidad. Por este motivo, una persona puede estar triste, pero continuar con su vida en mayor o menor medida».
 
El razón que motiva la automedicación por sugerencia de un familiar o amigo es que en nuestra sociedad aún existe cierto reparo en ir al psicólogo o psiquiatra. «No debería ser así —apunta Verónica Corsini—. Hay personas que se sienten deprimidas por un motivo puntual, como la muerte de un familiar, una situación de paro, la imposibilidad de tener hijos..., pero, cada vez más personas perciben una sensación de vacío en sus vidas. Reconocen que tienen trabajo, casa, familia, amigos..., que lo tienen todo y, sin embargo, no se sienten felices. En cualquier caso, debe ser el especialista quien determine las causas y las posibles soluciones»
 
De un modo generalizado, la psicóloga fundadora de Psyquia aporta diez recomendaciones que pueden favorecer la superación de esta enfermedad:
 
1. Aprender a pedir ayuda:
 
Solemos ver los sentimientos que nos producen displacer como ajenos a nosotros mismos y tratamos de ocultarlo por vergüenza, temor o porque pensamos que tarde o temprano se desvanecerán. La depresión necesita un tratamiento específico y cuanto antes se pida ayuda, menos anquilosado estará el conflicto y más fácil será su tratamiento.
 
Por ello, lo primero sería hablarlo con algún familiar y/o amigo. Esto es importante para admitir el problema poniéndolo en voz alta y estar dispuesto a recibir apoyo de los demás. Después de este paso, es fundamental buscar ayuda profesional y acudir al centro de salud más cercano o llamar a algún especialista (médico o psicólogo) que nos pueda atender para valorar la situación.
 
2. Realizar un buen diagnóstico
 
La palabra «depresión» está en la calle y, por lo tanto, todos opinamos de la idea que tenemos de ella. Esto puede ser muy dañino para la persona que la sufre y, por eso, es esencial realizar un exhaustivo diagnóstico con un profesional que pueda y quiera escuchar todos los problemas de la persona que tiene enfrente.
 
Es necesario valorar todas la áreas que están afectadas por la enfermedad (afectivas, cognitivas, sociales, perceptivas…) para poder recomendar el tratamiento más adecuado para cada uno. Resulta extremadamente necesario valorar el riesgo de suicidio en casos muy graves.
 
3. Tratamiento psicológico y farmacológico
 
Los tratamientos suelen llevarse a cabo mediante un psicólogo psicoterapeuta y un médico psiquiatra (en el caso de que en el diagnóstico fuese necesaria medicación). La combinación de ambas da muy buenos resultados ya que buscan que la persona pueda sentirse nuevamente ella misma entendiendo lo que le ocurre y buscando nuevas soluciones frente a la vida.
 
4. Terapia de grupo
 
La terapia de grupo suele funcionar muy bien en estos casos. No solo por el hecho de poner en palabras y compartir con los demás experiencias propias hace que uno mismo pueda ver las cosas desde otra perspectiva, sino también porque el grupo en sí moviliza aspectos profundos de las personas al percibir maneras distintas del manejo de los problemas y crea vínculos.
 
5. Actividad y cuidado físico
 
No nos podemos olvidar que la depresión está totalmente ligada al cuerpo y tiene efectos sobre él.
 
Las personas que sufren esta enfermedad suelen estar apáticas, con desánimo, pesadúmbre… Una buena actividad física mejora la relación que tiene la persona con su propio cuerpo, le crea una rutina que le otorga un cierto orden, le proporciona unas endorfinas que mejoran su estado de ánimo y, además, le abren la posibilidad de poder aprender nuevas facetas propias, ya sea a solas o en grupo.
 
Por otro lado, el cuidado físico y la higiene diaria son muy importantes para aprender a mirarse de otro modo.
 
6. Talleres y/o actividades de ocio
 
En algunos hospitales de día o Centros de Salud se ofrecen talleres donde las personas pueden acudir a realizar alguna actividad que les mantenga con la mente activa. La depresión produce un enlentecimiento del pensamiento, sentimiento de inutilidad y unas fantasías muchas veces terribles, entre otras cosas. Para combatir esto, realizar actividades novedosas y que nos gusten (cocinar, jugar a las cartas, hacer puzzles, coser, pintar…), donde podamos aprender algo nuevo o enseñar a otros lo que ya sabemos, es muy motivador.
 
7. Formación y apoyo al familiar
 
La depresión es muy dura para quien la sufre pero también para los que están a su alrededor. Para poder sobrellevarla y ayudar a la persona deprimida es fundamental que los familiares estén informados acerca de la enfermedad y que tengan las herramientas básicas para poder contener en momentos de crisis y apoyar y animar en otros momentos.
 
A su vez, la terapia familiar está recomendada en algunos casos donde la depresión se esté reforzando o generando a través de los vínculos y dinámicas familiares de los miembros.
 
8. Relaciones interpersonales
 
Uno de los síntomas más característicos de la depresión es el retraimiento, la soledad y la falta de vínculos. La satisfacción personal y la felicidad están estrechamente ligadas a dos factores: la interpretación que damos a la realidad y la calidad de los lazos afectivos. Por este motivo, es muy recomendable fomentar las relaciones con los demás, salirse de uno mismo y poder aprender, escuchar e integrar cosas del mundo exterior y de los demás.
 
9. Orientación laboral
 
El trabajo es una parte crucial de nuestras vidas y muchas veces incide en la depresión. Es importante cuidar el trabajo, cambiar aspectos que no nos gusten de él o pensar en buscar otro si el que tenemos no es el que queremos. En otros casos, es justamente la falta de trabajo la que aumenta los niveles de depresión y ansiedad. Buscar ayuda y orientación laboral en estos casos.
 
10. Mantener todo lo anterior
 
Todas estas recomendaciones forman parte de un proceso y, por lo tanto, la constancia, la perseverancia y la paciencia son claves para la superación. Para superar una enfermedad, no sólo basta con querer hacerlo, sino que es necesario hacer un esfuerzo para conseguirlo. Se debe pedir ayuda, escuchar las recomendaciones de los profesionales, dejarse ayudar y ayudarse a uno mismo.