RECIÉN LLEGADOS A SUS OFICINAS y estrenando una investidura que no sea acorde a su figura, el conjunto de 27 hombres y mujeres que integran la LXII Legislatura del Estado intentan coordinar la diversidad para alcanzar la unidad en torno al bien común. Las diferencias corresponden al punto cardinal desde el cual observan los temas que -por ahora- son genéricos, pero el matiz también se presentará cuando lleguen los casos específicos que motivan su presencia en el Poder Legislativo del Estado.
LA CONCORDANCIA ENTRE LOS legisladores y sus procedencias formarán un cuadro multicolor en la discusión de los asuntos más relevantes, aunque hemos de aceptar que la expresión mayoritaria no necesariamente coincide con la razón y quizá tampoco ofrezcan la garantía de su eficacia. Lo anecdótico de su conducta inicial no aporta todavía los rasgos de un rostro inteligente y bien orientado, podrían caer en la discrepancia irreductible y alejarse de los acuerdos necesarios y a veces urgentes.
NO EXISTE AÚN UNA AGENDA legislativa que defina el primer tramo de negociaciones congresistas y tampoco se plantea un rol de temas que deberían ser tratados en tres años, pocos si del futuro del estado se refieren, pero indispensables para darle forma al carácter que tendrá el conjunto de legisladores. No obstante, por el carácter de sus partidos de origen es posible aventurar hipótesis sobre cómo será el desempeño de esta Legislatura.
EXISTEN, DE MOMENTO, TRES planos sobrepuestos sobre lo que es y lo que podría llegar a ser el Congreso del Estado. El diverso origen de cada uno de sus diputados podría interpretarse como la representatividad que se supone coincide en el Poder Legislativo para confrontar las diversas opiniones sobre un tema equis. Si se suman las ideologías que pregonan los partidos representados en el Congreso, forma usual de adivinar la suerte de las discusiones sobre las iniciativas que se presenten, tendríamos que pensar en el mayor peso de la expresión liberal en relación a la expresión conservadora. Pero el juego congresista presenta otras opciones todavía no consideradas por los analistas.
UN EJEMPLO: LA VERSIÓN circulada en el plano nacional acerca de la salida del líder del SNTE, Juan Díaz de la Torre, y la reaparición de la maestra Elba Esther Gordillo en ese organismo sindical, representa la posibilidad de que el renuevo de dirigencias seccionales en todo el país, podría tener resonancia en las legislaturas locales en que forman parte maestros en activo. Serían cuatro por lo menos en el caso de San Luis, pertenecientes a bancadas de diferentes partidos. Su común denominador magisterial haría posible que los profesores hicieran las veces de “bisagras” en las negociaciones parlamentarias locales.
PERO ESTA ES SOLAMENTE UNA suposición que veríamos concretarse en el caso de que la versión nacional tuviera campos en la realidad. Mientras tanto, el acomodo entre quienes son figuras solitarias y quienes poseen respaldo pero no son figuras, podría darse tras negociaciones que no necesariamente fueran una garantía del mejor desempeño legislativo. El riesgo de negociar el interés general de la población a cambio de beneficios personales o de grupo -¿debí escribir de partido?- subsistirá como hasta ahora, a unos cuantos días del inicio de su gestión en que las anécdotas causan risas, pero no despejan las dudas que han surgido paralelamente.
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