Canadienses usan combustible cancerígeno en SLP

El Comité de Defensa Ambiental de la Sierra de Álvarez denunció el uso indiscriminado de petcoke, combustible barato utilizado para la calcinación de las rocas.

Miembros de este comité acusaron a la mega empresa canadiense Graymont, Ltd. alias Cal Química Mexicana, a la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor), de permitir el uso de este componente altamente dañino para la salud.

El petcoke es el residuo que queda tras el proceso de refinamiento del petróleo, un sólido poroso, de color negro o gris oscuro que contiene altas cantidades de azufre y metales pesados.

Los defensores de la Sierra de Álvarez externaron que "no solo el petcoke es nocivo para la salud, sino que también la cal tiene efectos a la larga".

La exposición o inhalación prolongada de la cal hidratada puede causar graves e irreversibles daños en la piel, ojos y vía respiratorias, provocando una sintomatología con falta de aliento o asfixia, parecida a la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y aumenta el riesgo de contraer tuberculosis, según el grado de la exposición.

El contacto ocular con grandes cantidades de cal seca o hidratada puede causar irritación ocular moderada, quemaduras químicas y ceguera. En la piel también se presentan afectaciones como resequedad, molestias, irritación y quemaduras intensas.

Este producto contiene sílice cristalina, que son partículas minerales que se encuentran de manera natural en el suelo y se liberan a la atmósfera con la actividad que se realiza al extraer, triturar y moler piedra, grava, arena y cantera o piedra caliza.

La inhalación prolongada o repetida de la sílice cristalina respirable puede causar silicosis, una enfermedad pulmonar grave y mortal.

Trastornos como esclerodermia o piel gruesa, rinitis alérgica, lupus, artritis reumatoide y enfermedades que afectan los riñones, se asocian con la exposición a estos componentes.

El petcoke no solo representa, como lo aseguran varios especialistas, una fuerte predisposición al cáncer, también representa un severo daño ambiental, siniestrando la vegetación y los cultivos agrícolas, así como también la flora y fauna de las zonas cercanas.

Los activistas señalaron que hasta el momento se han identificado afectaciones por el uso de petcoke, en el Cerro del Tata y la comunidad de Los Matías.