Jorge Armendáriz Gallardo | 14/09/2018 | 22:32
Por fin llego a término el periodo de 3 años de la LVI legislatura del Congreso del Estado de San Luis Potosí, grupo de diputadas y diputados que pusieron a nuestro Estado en el ojo del huracán mediático nacional y en unos momentos hasta internacional, se destacaron como una Cámara ejemplar, ejemplo de lo que no se debe hacer nunca.
Desde un inicio olía, parecía y sonaba como una vulgar carpa de circo, con sus payasos, bestias y pestilencia animal.
Sui generis y circunstancial falta de liderazgo en los perfiles que la compusieron, todos parecían tener un patrón que les daba órdenes vía Whats app, portadores algunos de partidos divididos por la ambición, que los redujo aún más.
Partidos sin liderazgo y alguno apadrinado por el Alcalde de la Ciudad, que entraba en la “rebatinga” de manipular las decisiones legislativas a sus intereses, además de un gobernador que seguía gris también aquí, sin alfiles que le evitaran tener que comprar todos los votos o las penosas derrotas en sus proyectos sexenales.
Hueco de liderazgo que animo a los partidos “morralla” a juntarse y soñar ser un “billete” y ganarse muchos de esos de manera fácil, extorsionando a los poderes e interés que desde adentro se aprecian, y mucho!
No tardó mucho en componerse o más bien descomponerse la actitud idealista y la inspiración de los recién llegados, para agruparse de inmediato en conspiración de grupos de interés unidos por un fin común, obtener dinero y poder y porque no, poder seguir viviendo del erario después en otro cargo.
La #EcuacionCorruptra solo descubrió esta gran mafia que operaba y unía a todas las fuerzas políticas en una sola que, “trabajando” unidos ganaba más que estando dividida.
Claro que todas y todos sabían lo que ocurría ahí, si tontos no son, (bueno algunos sí) solo fingen para sentirse menos mal al hacer este gran daño a los potosinos.
En contubernio ofrecieron y cumplieron su palabra de “limpiar” cuantas publicas millonarias a cambio de dinero, varios fueron los clientes en los poderes y en las alcaldías y el resto de los entes obligados a pasar por la ASE del Estado de San Luis Potosí, misma que estaban dentro de esta ecuación hasta el cuello, el gran y lucrativo negocio de la impunidad.
Más tarde gestiones con comprobantes falsos, facturados con empresas falsas, entregados a personas falsas (algunas ya muertas) de estos falsos y ofensivos representantes públicos, agrandaron el repudio a su maltrecho actuar.
Después la gestión de obras que no existían, aun siendo cobradas a un alto precio, resultado de obscuras gestiones que venían desde el Ejecutivo, precio que algunos
tuvieron que pagar (algunas se pudieron colar) al ver sus carreras truncas al castigo de los votantes en julio pasado.
Este periodo que parecía eterno y por doloroso, al fin se acaba.
Y solo recuerdo que esta penosas acciones solo se descubrieron como resultado de investigaciones ciudadanas y periodísticas, no por las instituciones y contralorías que debían darlas a conocer, claro todas estas en contubernio o siendo omisas a la orden del patrón que corresponda.
Lo que indica claramente que seguramente habrá muchas más de estas “triquiñuelas” además de las que se hicieron públicas.
Y lo que mal empieza mal acaba, apenas hace unos días en la última sesión extraordinaria en el Pleno del Congreso, un par de los peores de ellos amenazaron de muerte a miembros del Frente Ciudadano Anticorrupción y la Organización Ganemos, que se manifestaban en contra de la, obscura, ilegal y perversa aprobación de las cuentas públicas 2007 que finalmente se aprobaron fast track, con el mismo cinismo del diputado del PT que fue captado por la cámara robando (al final de una reunión), las botellas de agua, los cacahuates (buscando llevar lo más posibles) para salir esbozando una sonrisa legislativa.
Así como este sinvergüenza lo hizo, así lo hicieron los demás con el tempo perdido de estos tres años.
Como la antítesis del trise adiós así se va esta legsilatura, recodándonos que no todas las despedidas son dolorosas y esta es una de ellas.
No todas las despedías son tristes.
Jorge Armendáriz Gallardo Correo: Jorgeearmendariz@gmail.com
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