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Una década de la crisis financieras de Lehman Brothers

Agencia | 14/09/2018 | 15:34

Hace 10 años, el 15 de septiembre de 2008, se generó la mayor crisis de la era contemporánea: el derrumbe del banco de inversión, Lehman Brothers, recuerda Roberto Cano Díaz, director ejecutivo de Captación de Fondos de Inversión Banorte.

Explica que Lehman Brothers, el tercer banco de inversión más grande, no pudo ser rescatado por Bank of America ni por el banco inglés Barclay’s, todo parecía indicar que esto sería una caída de naipes y los grandes bancos comenzaron a tambalearse.

¿Cuál fue el entorno que generó la crisis? Las tasas de interés se encontraban bajas, los niveles de deuda en hipotecas estaban exacerbados y, por tanto, la demanda mayor a la oferta ocasionó una burbuja en el precio de las casas; la economía dio signos de recesión y comenzaron los problemas de cartera vencida e impagos, relata.

Aunado al problema hipotecario, el mercado financiero generó una serie de instrumentos o vehículos demasiado complejos a través de derivados que estaban respaldados por cientos y miles de propiedades, bancos comerciales, bancos de inversión, aseguradoras y empresas gubernamentales relacionadas a vivienda, todos en el mismo tobogán, conocidos como los bonos “subprime”.

La crisis que comenzó en Estados Unidos tuvo sus versiones en Reino Unido, Irlanda y España, donde se conoció como la crisis del “ladrillo”.

Los bancos se encontraban descapitalizados y muchos gobiernos centrales de economías desarrolladas tuvieron que intervenir a los bancos privados para evitar una catástrofe aún peor, otra fuente de problemas era la elevada interconexión entre los bancos comerciales de distintas partes del mundo.

Los efectos de aquella gran crisis del 2008 aún se perciben en nuestros mercados y los fantasmas no han terminado de desaparecer.

¿Qué sucedía en México?

En México la economía real sufrió una caída tremenda en la producción, la mayor de cualquier país, afectada por la recesión norteamericana.

Los bancos se encontraban bien capitalizados.

Las empresas promotoras de vivienda e hipotecarias entraron en una grave crisis contaminadas también por la crisis de liquidez y fuentes de financiamiento que prácticamente se habían cerrado.

El mercado financiero vivió momentos de tensión, sobre todo por la falta de liquidez que comenzaba a sentirse por el entorno internacional y el deterioro de la economía local.

La liquidez de valores con respaldo gubernamental comenzaba a presentar escasez y, por tanto, precios más bajos en los bonos, tasas más altas.

Los valores emitidos y colocados en el mercado del sector de vivienda perdían valor en el precio de sus acciones y los títulos de deuda pronto estaban en una situación crítica de impago o reestructura.