Aunque no lo creas, el descubrimiento de un perro labrador color negro condujó a la reversión de una condena de 50 años de cárcel, que un hombre estadounidense había comenzado a cumplir.
Joshua Horner, un plomero de 42 años oriundo de Redmond, Oregon, fue acusado de agresión sexual por su hija.
Como parte del testimonio, la menor afirmó que su padre mató frente a ella a su mascota -Llamada Lucy- con el fin de intimidarla para que no contactara a las autoridades.
En abril de 2017, un jurado de Oregon —uno de los dos estados de EE.UU. donde los jurados pueden dictar condenas no unánimes en casos criminales— determinó la culpabilidad de Horne con base en las palabras de la presunta víctima y sin pruebas de ADN ni testigos presenciales.
El hombre desde el principio aseguró que era inocente y que el perro seguía vivo pero jamás pudo decir su paradero.
Eso lamentablemente influyó en que fuera a dar tras las rejas.
Medio año después, decidió pedir ayuda a la organización Oregon Innocence Project, la cual accedió a buscar al can.
Increíblemente, luego de una intensa búsqueda, el perro fue encontrado a unos 300 kilómetros de Redmond, con unas personas que lo habían rescatado de la calle.
Al revelarse esta información, un juez desestimó el caso por demostrar que la demandante había mentido bajo juramento.
"Este es un día que no estaba seguro de que iba a ver [...] hoy salgo de aquí como un hombre libre", expresó Horner al ser liberado el 3 de agosto, tras pasar 18 meses en prisión, según informa Oregon Public Broadcasting.
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