En el Festival Internacional de Cine de Toronto se realizó el estreno mundial de la película estadounidense “Icebox”, del director Daniel Sawka, que trata sobre la separación de los niños de sus padres en los centros de detención migratoria en Estados Unidos.
La historia se centra en Óscar, un niño hondureño de 12 años que es enganchado por las pandillas o "maras", por lo que sus padres lo ponen en un camión con destino a Estados Unidos.
“Ya no puedes ser más un niño, tienes que crecer ahora”, son las últimas palabras que Óscar escucha de su madre y que le hacen eco en una celda fría del “gran” país norteamericano, rodeado de otros niños separados de sus padres.
El pequeño Óscar lleva grabado en el pecho un tatuaje que los pandilleros le pusieron a la fuerza, quedando marcado como un delincuente que no es.
Al final de su película, el director denuncia en la pantalla que durante el rodaje, el procurador general estadounidense, Jeff Sessions, declaró que los migrantes que llegan huyendo de la violencia de las maras no son aptos para pedir asilo.
La administración Trump instituyó una política de ‘cero tolerancia’ lo que provocó que tres mil niños hayan sido separados de sus padres”.
En entrevista con Notimex, el director Sawka, de origen sueco, dijo que quiso llevar esta situación a la pantalla grande porque él pertenece a una familia que ha migrado durante años.
“Yo no lo viví directamente, pero mi familia tuvo que migrar a otros países”.
Definió que lo que se está viviendo en los centros de detención es “una situación de tortura que se ha empeorado” y manifestó su deseo de que haya más presión para resolver esa situación.
Agregó que su película se estrenará en Estados Unidos y no dudó en enviar una copia a la Casa Blanca.
No estoy de acuerdo con la política migratoria del actual gobierno de Donald Trump. La situación se ha empeorado y las cosas no se han llevado en la dirección correcta. Deseo que esta película ayude a cambiar algo”, Sawka, director.
Para el director es muy importante que la película se haya visto en Canadá, que es vecino de Estados Unidos, y que haya recibido un gran respaldo.
“Mi trabajo ahora es impulsar la película para que sea parte de la conversación sobre el tema de los migrantes en Estados Unidos”, señaló.
El actor que representa al personaje principal es Anthony González, de casi 14 años, nacido en Los Angeles e hijo de una numerosa familia guatemalteca.
“La separación de familias es horrible y espero que en el futuro esto se pueda cambiar. Espero que esta película ayude con eso y le abra los ojos a gente que no ve lo que los inmigrantes dejan detrás”, planteó.
Tras pedir a Trump que pare de separar a familias, porque uno no puede vivir sin su familia, Anthony, quien ganó dos premios por su actuación en la cinta animada “Coco”, se dijo satisfecho de no haber vivido algo así en la vida real.
Quien sí vivió una situación parecida en la década de los ochenta fue el actor mexicano Omar Leyva, crecido en el central estado mexicano de Puebla, cuya abuela lo llevó a Los Angeles cuando tenía ocho años a reunirse con su padre y cuya madre conoció cuando tenía 30 años.
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