Agencias | 10/09/2018 | 23:23
Este año Mis Arkansas no ha desfilado con traje de baño, y la audiencia se ha ahorrado los gestos ‘expresivos’ de algún jurado masculino… Este año, Miss Nueva York, la ganadora, simplemente ha tenido que repetir los habituales gestos de sorpresa, y en vez de hombres emocionados, los contra planos han sido básicamente de familiares celebrando efusivamente el premio.
Todo ello ahora se llama Miss América 2.0; las concursantes eligen una causa benéfica y se valoran los discursos y los objetivos vitales antes que las curvas.
Nia Franklin, –la ganadora–, afroamericana licenciada en música y cantante de ópera es un ejemplo de los nuevos tiempos. Pero ¿qué ha ocurrido en solo un año para este lavado de imagen? Algunos lo resumen en solo dos palabras: Me Too. Aunque hay más. Hace meses salieron a la luz correos de la cúpula directiva hablando despectivamente sobre varias concursantes.
No obstante, hay quien opina que el bikini es lo de menos; que lo trasnochado es el concepto mismo del concurso de belleza. Otros, sin embargo, hablan de puritanismo y defienden la igualdad apoyando que se haga exactamente lo mismo con los hombres.