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La reconstrucción debe iniciar desde la individualidad

Dr. Jaime Chalita Zarur | 19/08/2018 | 21:40

ALGUNOS VIVIMOS PARA trabajar. Este es un aspecto, de muchos, que han cambiado drásticamente y señala una pequeña parte del relevo de generaciones. Hoy se trabaja para vivir, lo cual engrandecería, en el intercambio de ideas, a la sociedad internacional. Finalmente en estas dos frases se encierra un enorme cambio de muchos años transcurridos.

RECIENTEMENTE HA CIRCULADO un vídeo resaltando algunas virtudes de aquello que se dio por llamar la generación de los Baby Boomers. Así, somos la generación que nos estamos despidiendo de esta vida terrenal y que principalmente se basa en algunos aspectos importantes para esta generación que, para quien recibe el favor de su lectura, quisiera comentar.

EN PRIMER TÉRMINO, EN LA recapitulación del estilo de vida de antaño se habla del respeto, uno de los valores indispensables, pero que parece que está en desuso. Principalmente fundado en la conducta congruente de las personas y que había tenido permeabilidad generacional socialmente, pero que se fueron perdiendo las fronteras disciplinarias, espacialmente de las figuras maternas y paternas, pues el materialismo nos fue ganado y la comodidad hedonista, más.

EL MODERNISMO O POST modernismo, nos confundió convirtiéndonos en el quiebre de la organización social, y la fracturamos haciéndonos padres y madres amigos o, cools, por decir lo menos, pero que verdaderamente nos fuimos convirtiendo en cómplices de lo que no queríamos, pero llegó.

LA TRANSMISIÓN DE VALORES FUE trasmutando y el que se sustentaba como el máximo valor, como es la vida misma, no solo se puso a la venta con precios desde muy altos hasta llegar a mínimas expresiones de dinero, violentando cualquier forma de existencia humana, hasta acercarnos a la bestialidad.

LA RESPONSABILIDAD ES Y DEBE ser compartida. Los reclamos de la vida en común no sé detienen, pues aún culpándonos entre nosotros mismos, no hay soluciones pero, por el contrario, seguir sin reconocer las culpas propias, nuestros problemas crecen sin detenerse.

TENEMOS NOTICIAS BUENAS Y malas. Las malas son muchas y nos hartan; una de ellas es que nada cambiará si no lo hacemos desde nuestra personal conducta, tratando de servir mejor a los demás y sin querer ser ventajosos con quienes se convive.

LA BUENA, ES QUE LA CONCIENCIA de la integración social, a través del núcleo familiar, ya que es la institución en la que más se confía en nuestro país, está tomando mayor relevancia para recuperar el conjunto social. No es el único camino, pero sí puede ser el más importante, siendo lo mejor de todo las acciones integradoras de jóvenes, mujeres y hombres, retomando el sentido de lo gregario.

EL DESGASTE, ENFRENTAMIENTO Y coraje que ocasiona tanto sufrimiento nos ha obligado a ir guardando venganzas y resentimientos que de ninguna manera son cuestionables, pues cada quien sabe el dolor que lleva en el alma. El hartazgo de la clase política separada de la sociedad, casi toda ella, enriquecida en detrimento de los mexicanos, llevándose hasta las ilusiones de progreso, nos ha indignado a tope pero, igualmente, nos ha confrontado innecesariamente.

ENFRENTAMOS UN PAÍS CON privilegios para personas que jamás los ganaron con el trabajo y el esfuerzo. Fueron y, son, personas que en el abatimiento de la crítica social bien fundada, con seriedad y en busca del benéfico para la sociedad, crecieron y se apoderaron de nuestras vidas.

NO HAY SOLUCIONES FÁCILES, HA pasado tanto tiempo y tantas desgracias que debemos encontrar el camino entre todos, para recuperarnos y recuperar a nuestra patria. No hay soluciones fáciles, quien así lo vea se equivoca pero igual, quien lo vea como el liderazgo de un solo hombre, fracasará.

LA IMPUNIDAD Y EL crecimiento, a su aparo, de la corrupción, bien pueden ser terminadas estas enfermedades que lastiman a México, asumiéndonos corresponsables.

EL CAMINO NO ES FÁCIL; tenemos que recomponer lo que todos hicimos mal, como se construye un edificio con cimientos fuertes, desde la individualidad en nuestras bases sociales y familiares hacia arriba, no al revés.

@jaimechalita