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“Y donde está el piloto?”

Jorge Armendáriz Gallardo | 16/08/2018 | 12:54

LA TRANSICIÓN DE PODERES A partir de las elecciones del pasado 1 de julio en México, convirtió de manera inédita a nuestro país, por primera vez, en un escenario donde no sabemos quién está “gobernado” en el Poder Ejecutivo.
 
PRÁCTICAMENTE SE PERCIBEN 2 poderes ejecutivos, uno que por ley en la persona de Enrique Peña ostenta a este, pero que no se le ve aún desde antes del inicio de las campañas por ningún lado; y otro en la persona del Andrés Manuel López, que prácticamente ya inicio su gestión con una serie de líneas discursivas que pasaron de los nombramientos a los lineamientos, aprobaciones y cancelaciones, un día sí y otro también, a “los decretos” sin haber aún llegado de manera formal y efectiva al cargo de Presidente de la República, que será hasta el próximo primero de diciembre.
 
NUNCA ANTES HABÍAMOS podido ver cómo un gobernante en funciones careciera de reflectores, agenda, imagen y nada, aún en su tiempo de gobierno, mientras otro aun sin llegar a ser, prácticamente es quien dirige el rumbo y las decisiones de nuestro país.
 
SABEMOS QUE ÉL TIENE prácticamente el cargo, pero guardemos las formas.
 
EN LAS ÚLTIMAS SUCESIONES DE la historia contemporánea, siempre el Presidente saliente tuvo su lugar y la atención hasta el último momento, y el presidente electo con respeto esperaba paciente el día de iniciar su mandato.
 
ESTE FENÓMENO SIN DUDA TIENE varias vertientes, una de ellas seguramente radica en la poca salubridad con que el nuevo inquilino de Palacio Nacional encontrará al interior las acciones de su predecesor, líder moral de un partido (PRI) que prácticamente está urgiendo volver a construirse desde su nombre y filosofías, hasta los colores de su identidad para recuperar un lugar en la confianza de los mexicanos, en contraste con el año 2012 donde la fe de las mayorías le dio al Partido Revolucionario Institucional la posibilidad de regresar a Los Pinos, hoy la decepción, los excesos y la falta de visión pública le marcaron otro rumbo.
 
PODEMOS PENSAR QUE LAS hartas ganas de empezar a “ser Presidente” se entienden en quien por 3 veces contendió a la máxima investidura del país, siendo esta la “buena”, pero el factor definitivo de este escenario de sumisión, lo da el actual Presidente que desde el primer día prácticamente “le entrega” las llaves de Palacio Nacional, invita un amable tour y desde ese momento se marcó la total disposición para realizar una transición, excesivamente tersa, hasta llegar a la invisibilidad del actual mandatario.
 
OTRO DE LOS FACTORES ES EL GRAN desgaste que el actual titular del Poder Ejecutivo experimentó desde aquel 1 de diciembre de 2012, hasta el 1 de julio de 2018, donde su aceptación pública llegó a los niveles más bajos jamás vistos, no más de un 18% de los mexicanos aprobaban su gestión como Presidente de la República.
 
Una de las más bajas en la historia contemporánea que en la llegada de la democracia no suma más de 2 décadas de vida.
 
CUANDO ERNESTO ZEDILLO entregó en 2000 el poder a un partido diferente al suyo, aún con el repudio de sus compañeros de partido, también pasó a la historia de México para el resto de los ciudadanos como uno de los mejores, incluyendo escenarios “de pesadilla” en nuestra economía.
 
TAL VEZ NUESTRO ACTUAL Presidente desea pasar también a la historia sin recordar sus tropiezos como quien entregó el poder a quien hoy fue respaldado de manera inédita por casi 30 millones de mexicanos, en el tercer intento para logarlo.
 
LA HISTORIA SE ESCRIBE EN EL presente y no se puede leer de manera correcta, sino hasta que pasa el tiempo, pero este momento será recordado así por las características que presenta, sin ser ejemplo es una actitud razonable y hasta respetable.
 
HACER A UN LADO EL EGO PARA que nuestro país gane, excelente receta de humildad institucional.
 
PERO MIENTAS TANTO NOS preguntamos.
 
Y donde está el piloto?
 
jorgeearmendariz@gmail.com