Las transformaciones del pulpo camionero

Y EN LAS SIGUIENTES LÍNEAS ES necesario abordar el tema tan presente y tan preocupante que implica el transporte público en San Luis Potosí, porque desde diferentes ópticas de lo que está pasando en las calles hoy en día, hasta los proyectos que se han convertido en verdaderos sueños guajiros, solo vemos que la bestia que ha sido y sigue siendo el transporte público, puede cambiar de color, sin embargo sigue siendo el mismo.

DESDE QUE SE ANUNCIÓ QUE habría concursos para la adjudicación del “metro bus”, que aún sin nombre le podemos conocer cómo la unidad de transporte público ligero y del sistema de prepago de ese servicio y los otros, además de irregulares y amañados, tenían un propósito delineado desde el principio: entregar todo el pastel a los permisionarios del transporte público en San Luis Potosí, en donde ha destacado siempre uno de sus líderes, Margarito Terán, entre los empresarios que perdieron la licitación, funcionarios estatales que sin recato se ponían a las órdenes del pulpo camionero.

CUANDO INICIÓ LA administración del gobernador Juan Manuel Carreras López, aparejado con el inicio de la todavía actual legislatura, en la Comisión del Transporte Público, encabezada por el diputado Sergio Desfassiux Cabello, se quisieron impulsar cambios que tuvieron por supuesto múltiples reacciones entre aquellos que se negarían, y aún continúan negándose, a cualquier cambio que afecte a sus intereses.

Desde sonoras manifestaciones en el Congreso del Estado, hasta la persecución del legislador Desfassiux con huevos por parte de un grupo de trabajadores del volante. La pesada ruta por la que habría que caminar para que finalmente hubiera reformas en la ley que dieran sustento a la acción de la autoridad por un intento definitivo de alinear a los transportistas en general, a los taxistas, al transporte urbano de pasajeros, el de personal e incluso al escolar, en medio de la más completa anarquía en la cual ni siquiera habría un padrón real de los prestadores de los servicios, y no dejaban de ser “llamadas a misa”, muchas de las campañas de regularización que al final del día encontraron su peor momento con la crecida del servicio de transporte pirata, en diversos puntos de la ciudad.

CON LA LLEGADA DE LAS NUEVAS leyes, también se establecía el cimiento de aquello que antojaba ser una solución para la problemática del transporte público, dejaba de existir un Consejo Estatal del Transporte donde se decidían los incrementos a la tarifa, para convertirse en un mandato de ley anual que ya no se sometía al escrutinio de nadie, se daba la alternativa de que hubiera otras empresas que prestasen el servicio de prepago tarifario como urban pass y citybus, que tendrían la salvedad de llegar a tiendas de autoservicio muy conocidas por sus dos equis, a fin de hacer más fácil su adquisición y evitar las filas y el desabasto. Sin embargo, por intereses diversos aún hay reticencias para que esto se concrete a la fecha.

Se autorizaría que finalmente el servicio de transporte de alquiler Uber pudiera prestar de manera regular sus servicio en San Luis Potosí, a pesar de todo, sin embargo los señores empresarios no han cedido a ser parte de un registro en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que encabeza Ramiro Robledo, con el afán de seguir manteniendo su estrategia sin conocer quiénes son socios y el tipo de transporte que brinda la variación de sus tarifas, o sea nada. Solamente su dominio por internet, lo que los hace a pesar de la reforma, seguir siendo un servicio ilegal en el cual los socios siguen siendo detenidos y multados. Uber sigue siendo una moneda al aire sin control.

LOS BOTONES DE PÁNICO, LAS video cámaras, y la capacitación de los choferes también habría de ser un eje rector del transporte público en esta entidad, sin embargo aún queda a deber con hechos de maltrato y robo que ocurren en diversos puntos de la ciudad, los choferes distan mucho de ser amables y la capacitación solo se les nota en la forma en la que evitan las responsabilidades legales cuando provocan o son parte de un accidente.

PERO EL QUE MEJORE EL transporte, se modernice San Luis Potosí en base a esta premisa, no es competencia únicamente del secretario de Comunicaciones, que en todo caso está sumido en un hoyo en el cual no se tiene respaldo de la autoridad gubernamental y legislativa, en el cual los intereses de grupos como Antorcha y Amotac se disputan las rutas esperando decisiones salomónicas de la autoridad. Si puede ser político. Es precisamente que los gobiernos municipales hagan lo propio en sus cabildos para pedir a la Federación la extensión de los dominios municipales y hacer llegar un mayor número de rutas de transporte que acabarían con mafias de taxistas como el caso de Escalerillas. Que se designe de una vez a un titular de la Junta Estatal de Caminos para darle continuidad al proyecto del “Metrobus”, que hoy no es más que un montón de boyas abandonadas de lo que pretendía ser la ruta de este transporte.

Hasta la próxima.