Obispos y otros líderes de la Iglesia Católica Romana en Pensilvania, Estados Unidos, encubrieron el abuso sexual infantil cometido por más de 300 sacerdotes durante un período de 70 años, persuadiendo a las víctimas a no denunciar el abuso y a los agentes de policía para no investigarlo, según un informe emitido por un jurado el martes.
El informe, que cubrió seis de las ocho diócesis católicas del estado y encontró más de mil víctimas identificables, es el examen más amplio hasta ahora realizado por una agencia gubernamental en los Estados Unidos sobre abuso sexual infantil en la Iglesia Católica.
De acuerdo con información publicada por The New York Times, el informe cataloga instancias de abuso, incluido un sacerdote que violó a una niña en el hospital después de que le extirparon las amígdalas, y otro sacerdote al que se le permitió permanecer en el ministerio después de haber embarazado a una niña de 17 años, falsificando una firma en un certificado de matrimonio y luego divorciándose de la niña.
“A pesar de algunas reformas institucionales, los líderes individuales de la iglesia han escapado en gran medida a la responsabilidad pública”, escribió el jurado.
“Los sacerdotes estaban violando niños y niñas, y los hombres de Dios que eran responsables de ellos no solo no hicieron nada; lo escondieron todo. Por décadas”
El jurado agregó que los funcionarios de la iglesia nombrados en su informe han sido protegidos y algunos incluso promovidos.
El informe dice que los funcionarios de la iglesia siguieron un “libro de jugadas para ocultar la verdad”, tales como minimizar el abuso usando palabras como “contacto inapropiado” en lugar de “violación”; asignar sacerdotes sin capacitación en casos de abuso sexual para investigar a sus colegas o no informar a la comunidad de los motivos reales por los que se retira un sacerdote acusado.
El Fiscal General de Pensilvania, Josh Shapiro, cuya oficina condujo la investigación, dijo en una conferencia de prensa que “protegieron su institución a toda costa. Como descubrió el gran jurado, la iglesia mostró un completo desdén por las víctimas “.
Las víctimas expresaron su alivio por el hecho de que el Fiscal General, Josh Shapiro, y sus agentes hayan llevado a cabo la investigación, luego de que los esfuerzos para lograr que los funcionarios de la iglesia tomaran medidas no llegaron a ninguna parte.
En declaraciones divulgadas el martes, los obispos católicos de Pensilvania pidieron oraciones por las víctimas y por la iglesia, prometieron una mayor apertura y dijeron que las medidas instituidas en los últimos años hacían a la iglesia más segura.
“La Diócesis de Erie no encerrará a los abusadores en secreto, sin importar quiénes sean o cuánto tiempo hace que ocurrió el abuso”
“Reconocemos los abusos del pasado y nos comprometemos a ser transparentes con nuestras decisiones en el futuro”, aseguró en un comunicado el obispo del estado, Lawrence Persico.
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