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Los veneros de petróleo y el diablo

Filiberto Juárez Córdoba | 07/08/2018 | 01:54

LA RESOLUCIÓN DE LA Sala Regional Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, le dio un vuelco a los resultados de la elección del séptimo distrito electoral federal con cabecera en Tamazunchale. Reconociendo como diputada a la priísta Bernarda Reyes. Esa elección resultó tan reñida que inicialmente se dio por ganadora precisamente a la priísta y después, por una mínima diferencia, al panista Marcelino Rivera. La candidata y partidos que la postularon llevaron el caso a los tribunales. La mencionada Sala Regional, por unanimidad, resolvió ya el caso a su favor, quedando a los panistas el recurso de acudir a la Sala Superior, sin embargo, dicen los que conocen de asuntos jurídicos electorales, que ya sería muy difícil que ahí fallaran en otro sentido y lo más seguro es que el PRI y sus aliados terminen con 3 diputaciones federales de las 7 que estaban en juego, 2 de las restantes serán para el PRD, 1 para el MORENA y la otra para el PAN.

LA BANCADA POTOSINA de mayoría estará integrada por Sara Rocha Medina, Oscar Bautista Villegas y Bernarda Reyes Hernández, por el PRI. Ricardo Gallardo Cardona y Guadalupe Almaguer Pardo, por el PRD. Ricardo del Sol Estrada, por el MORENA, y Josefina Salazar Báez, por el PAN. De quedar así definitivamente, el PRI será el partido mejor librado en la diputaciones federales pero el más, digamos vapuleado en las senadurías, pues es la primera ocasión en que no tendrá representante en la llamada Cámara Alta. Tendrán senadores por primera vez el PRD y el Morena y el PAN se quedará con la otra. El PRD obtuvo su posición por su alianza con el PAN y el MORENA por el efecto Peje. Por cierto, dicen que el efecto Peje, al menos en la senaduría, se convirtió en defecto porque el favorecido, Primo Dothe Mata, más que senador les salió comilón. Es tan fiestero dicen, que ya organizó dos comelitones de veras pantagruélicos, uno para festejar su boda y el otro un cumpleaños o algo así, y eso que todavía no entra en funciones y empieza a cobrar como representante popular.

DE TODOS LOS CAMPAMENTOS de verano de las instituciones oficiales que se promueven en la llamada zona metropolitana, el que organiza el Instituto Potosino del Deporte, a través del Departamento de Deporte Adaptado, merece especial reconocimiento por su naturaleza y alcances. Enfocado en su origen a niños y jóvenes con discapacidad, en 17 años de existencia ha conseguido brindar un espacio de recreación y de integración social para quienes no tenían, por sus circunstancias físicas e incluso

económicas, alternativas de esparcimiento durante la temporada vacacional. Con grupos especializados para niños y jóvenes ciegos, sordos, con problemas motrices, parálisis cerebral, síndrome de Down y discapacidad intelectual, el campamento obtuvo pronta aceptación por los padres de familia y se convirtió en una actividad muy esperada por sus beneficiarios. Coordinado por personal del INPODE y atendido por jóvenes estudiantes que de manera voluntaria acuden en calidad de apoyos, con entusiasmo, entrega y mucho deseo de servir a quienes aún en su desventaja física o mental son ejemplo de energía y amor por la vida. Este campamento ha sido también un espacio de integración al abrir un grupo para niños sin discapacidad, llamados convencionales, que al interactuar con los demás campistas se sensibilizan y adquieren una actitud de igualdad y solidaridad. Los jóvenes apoyos, además de prestar un servicio social tienen la oportunidad de vivir una experiencia única, que los atrapa y los hace regresar cada año a continuar su labor y a seguir trabajando por una sociedad incluyente y sin discriminaciones. El viernes pasado, 3 de agosto, se clausuró la edición 2018 de dicho campamento, en la que participaron más de 350 campistas y se contó con la colaboración de 200 apoyos. Ya muchos empezaron a pensar, soñar diríamos, con la edición del año siguiente. Un aplauso para quienes hacen posible este campamento y para las empresas e instituciones que los respaldan para que realicen sus actividades.

LA HUASTECA POTOSINA tiene el honor de haber sido el punto de partida del auge petrolero del país. A partir de la perforación del primer pozo en el Cerro de la Pez, en El Ébano, perteneciente en ese entonces al municipio de Tamuín, en abril de 1904, se inicia la explotación del hidrocarburo, que se extendió por la llamada Faja de Oro que comprendió esa parte de San Luis Potosí, la zona de Ciudad Madero y Tampico, del estado de Tamaulipas, y llegó hasta Poza Rica, Veracruz. El petróleo movió el motor de la economía y propició el desarrollo, pero también es cierto que en los sitios de extracción, una vez agotados los yacimientos no quedaron señales de progreso y sí abandono y precariedad. Por eso pensar en nuevas extracciones, ahora por la técnica de fractura hidráulica o fracking, no es algo aceptable. Significa contaminación ambiental y perjuicios para la población, sin ninguna expectativa de que la riqueza que se extraiga genere progreso. Bien dice Ramón López Velarde, en la Suave Patria, “el niño Dios te escrituró un establo/ y los veneros de petróleo el diablo”. NOSOTROS DECIMOS:

De riqueza o avance moderno

Las esperanzas son nulas,

Pues el establo es de mulas

¡Y el diablo es el triste gobierno! adestraysiniestra@yahoo.com .mx adiestraysiniestra_3@hotmail.com