Las vacaciones de verano son la época de mayores accidentes en piscinas y playas, siendo los menores de edad los más propensos a ahogarse, por lo que es necesario saber cómo actuar.
Lo más importante es mantener la calma y pedir auxilio, ya sea a socorristas o al 911. Posteriormente debe evaluarse en qué estado se encuentra la persona afectada, es decir, si perdió el pulso o solo está inconsciente.
Gerardo Rodríguez, pediatra de la Asociación Española de Pediatría, considera que deberían ser obligatorios los cursos de primeros auxilios en las escuelas “porque de ello depende que la persona que está a nuestro lado nos sepa salvar la vida”.
La primera técnica a realizar es la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) hasta que un especialista llegue a atender la situación. Esta se aplicará solo cuando el afectado ha perdido el conocimiento, ha dejado de respirar o no tiene pulso.
Si la persona accidentada se golpeó en la cabeza pero sigue consciente y no tiene problemas para respirar, lo adecuado es no moverla y mantener una conversación para que siga alerta.
En el último Congreso Nacional de Pediatría de España se estableció que lo ideal es que los niños aprendan a nadar a partir de los cuatro años, además de que es preferible que usen chaleco salvavidas porque los flotadores pueden desinflarse.
También se llama a no perder de vista a los menores de edad, ya que solo dos centímetros de agua son suficientes para un ahogamiento y casi el 40 por ciento de los accidentes ocurren fuera de la vista de un adulto.
