Lupillo González | 24/07/2018 | 00:40
Lamentablemente una gran parte de la ciudadanía tiene la idea que con el hecho de salir y votar ahí termina su responsabilidad. Las cosas son a la inversa.
El salir y votar es solo el inicio. Nuestra responsabilidad como mandantes es escoger a nuestros mandatarios y debemos exigirles en todo momento, vigilarlos y pedirles cuentas claras.
El rol que nos toca como ciudadanos es interesarnos por las acciones y decisiones de quienes fueron electos en las urnas, hallamos o no votados por ellos. Ellos a su vez tienen la responsabilidad de trabajar para todos y sin distingos.
Deben rendirnos cuentas muy claras y justificar el cómo y porqué se utilizaron recursos públicos. Queda claro entonces que cada quien tiene una responsabilidad.
Los mandatarios y los mandantes. Por eso es fundamental que se tenga claro lo que se tiene que hacer. El peor error es olvidarnos y no mostrar interés por vigilar que se cumplan las promesas y no se desvíen las cosas del camino correcto.
Jamás debemos justificar actos de corrupción o abuso de ningún servidor público por mucho afecto que se le tenga. Es momento de definir claramente nuestro rol como ciudadanos, de nosotros depende en gran parte que las cosas mejoren y no se salgan del rumbo marcado.
Entre más vigilados estén nuestros mandatarios y más se les exija, más garantía tendremos que su trabajo sea afectivo y eficiente. El votar es solo un paso, ahí no acaba nuestra responsabilidad. Al contrario apenas comienza.