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May visita por primera vez la frontera norirlandesa para abordar su futuro

Notimex | 19/07/2018 | 13:08

La primera ministra británica, Theresa May, conoció hoy sobre el terreno las preocupaciones de los norirlandeses respecto al futuro de la frontera en la isla, uno de los principales escollos para el avance de las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
 
La líder conservadora inició así un viaje de dos días a la región, donde visitó, por primera vez desde el referéndum sobre el "brexit" de 2016, la barrera entre las dos Irlandas y reiteró su compromiso para que este divorcio no provoque el restablecimiento de una frontera estricta, clave para sus economías y el proceso de paz.
 
Ese es también el objetivo de los principales partidos norirlandeses, que, no obstante, presentaron hoy a May puntos de vista diferentes sobre la conveniencia de un "brexit" suave o uno duro, que implicaría la ruptura total con la UE.
 
El Sinn Féin, mayoritario entre los nacionalistas, le advirtió de que la salida de la región del mercado único y la unión aduanera sería "catastrófico", al tiempo que la criticó por tardar dos años en visitar la frontera, donde se entrevistó hoy con líderes empresariales y comunitarios para abordar sus inquietudes.
 
"Tiene que reconocer que no nos convertiremos en un daño colateral por culpa del proceder imprudente tory", dijo hoy la vicepresidenta del Sinn Féin, Michel O'Neill, en referencia a las diferencias que mantiene la "premier" con miembros de su propio partido y gabinete sobre la estrategia de salida.
 
En el lado opuesto, el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), principal entre los protestantes y cuyos diez diputados en Londres permiten a May gobernar en minoría, habló hoy de las "oportunidades" y "retos" que presenta el "brexit".
 
Su líder, Arlene Foster, invitó a May a la localidad de Fermanagh, en el condado fronterizo del mismo nombre, donde, dijo, "podrá hablar con gente que vive, trabaja y cruza la frontera a diario".
 
"Por nuestra parte, lo que queremos es una salida de la Unión Europea sensata, que funcione para Irlanda del Norte, el Reino Unido y nuestros vecinos más cercanos en la República de Irlanda", indicó la dirigente unionista.
 
Eso permitirá a "nuestro Parlamento nacional", agregó Foster, retomar el control de "nuestras leyes, fronteras y dinero" y, a su vez, evitará la "creación de una barrera interna en el Reino Unido".
 
En este sentido, May ha recalcado que cualquier línea divisoria entre su país y la UE no se situará en el Mar de Irlanda tras el "brexit", pues su objetivo es "preservar la integridad del mercado interno" de todo el país y "la posición de Irlanda del Norte en él".
 
Su visita a la provincia coincide con la reunión que mantuvieron hoy en Bruselas su nuevo ministro para la salida de la UE, Dominic Raab, con el negociador jefe comunitario, Michel Barnier, cuya respuesta al plan británico de divorcio determinará la evolución del Gobierno de Londres.
 
May consensuó este plan de salida, recogido en el llamado Libro Blanco, el pasado 6 de julio, pero provocó la dimisión de dos ministros y otros cargos de menos rango al proponer crear un mercado común de bienes británico-comunitario con cierta armonización reguladora, algo inaceptable para los partidarios de un "brexit" duro.
 
La dirigente conservadora tiene previsto pronunciar un discurso mañana, viernes, en Belfast para exponer los contenidos del Libro Blanco, después de reunirse con otros partidos políticos de la región.
 
Bruselas ha advertido de que la provincia deberá permanecer alineada con algunas normas del mercado único y la unión aduanera si el resto del país (Inglaterra, Escocia y Gales) abandona definitivamente esos espacios económicos y Londres no presenta alternativas viables para mantener la frontera norirlandesa abierta.
 
May ha rechazado esa opción ante la presión de miembros de su propio Ejecutivo y de su formación, así como del DUP.
 
Durante su visita a la región, la primera ministra también tratará con los partidos la restauración del Gobierno autónomo de poder compartido entre protestantes y católicos, que permanece suspendido desde hace 18 meses.
 
Las diferencias entre el DUP y el Sinn Féin se han acentuado desde el referéndum sobre el "brexit", que fue rechazado por la mayoría del electorado norirlandés, a pesar de contar con el apoyo de los unionistas.