Leopoldo Pacheco | 18/07/2018 | 01:25
EN TÉRMINOS DE LO QUE SE aproxima, en la ya muy mencionada transición por la que estaremos atravesando durante los próximos meses y posiblemente durante varios años más, no deja de estar presente el famoso factor del año de Hidalgo, que si usted no está familiarizado con el término, amigo lector, nos referimos a este proceso en administración pública como una plena rapiña en la cual se vuelcan desde los más encumbrados gobernantes hasta los más insignificantes burócratas, que pueden ver en el resultado electoral y en el tiempo previo al proceso de entrega recepción, la última oportunidad de gastarse lo que queda del presupuesto en lo que sea, basificarse o basificar a “SUS AMIGOS”, en el sindicato, de ser posible, a fin de seguir pegado a la ubre de otra administración pública que habrá de iniciar en la víspera del año 2019.
“AÑO DE HIDALGO; CHINGUE SU MADRE EL QUE DEJE ALGO: frase burocrática que se repite cada seis años, justo antes de terminar el periodo de gobierno, y que no quiere decir otra cosa más que la señal de salida para robar de manera descarada antes de que termine el sexenio”. Fuente: corrupcionariomexicano.com
Y SI ESE ES PRECISAMENTE UN riesgo que hay que cuidar, en términos de que será solamente en el gobierno federal, déjeme decirle que en los "microcosmos" que también son parte de la administración pública de los municipios, también es posible que se presente este tipo de fenómenos.
Y VAMOS QUE PARA EVITAR QUE este tipo de cosas se sigan dando, desde que por primera vez se presentó esta práctica, se han implementado una serie de esquemas y procesos que suponen deben ser parte de los procesos de transición, vigilados certeramente por contralorías, organismos superiores de auditoría, organismos de transparencia y rendición de cuentas, sin embargo el fenómeno se sigue generando a pesar de todo ello, y la cuenta de esto siempre la dan las nuevas administraciones que reportan que ni siquiera papel dejan en los baños, para empezar a trabajar, salvo algunas, muy raras excepciones.
SAN LUIS POTOSÍ NO ESTARÁ viviendo una situación de esta naturaleza de cara a la transición que se está atravesando y deberá cuidarse actualmente a nivel federal, dado que aún restan tres años más de gobierno a la administración que encabeza el gobernador Juan Manuel Carreras López. Sin embargo otra tarea no menos complicada es diseñar una estrategia de relación y coordinación con las administraciones que están a punto de cambiar en los próximos meses, a fin de que San Luis salga lo menos trasquilado posible en sus necesidades presupuestales y por supuesto en las iniciativas de gobierno, que son parte de la agenda para seguir avanzando en el Plan Estatal de Desarrollo.
TODOS ESTOS ESCENARIOS podríamos empezar a dibujarlos sin que sean tal vez en muchos aspectos, algo completamente definido. Desde el momento en que se analice la glosa del próximo informe del gobernador Carreras, tarea que le tocará a la próxima Legislatura recibir como parte de sus responsabilidades, y la definición, sin duda, de los temas que querrán abordar en un periodo de comparecencias de los servidores públicos de la actual administración. Un ejercicio que puede brindarnos filias y fobias, y también ¿Por qué no? claras animadversiones por adelantado, para saber el tipo de Legislatura que tendremos. Los protagonismos y también las vanidades de aquellos que posiblemente anhelaban ese “pedazo de poder” que hoy finalmente verán cristalizado en su responsabilidad detrás de una curul. No deja de ser un momento nuevo donde tendremos una Legislatura conformada ya no por las mayorías históricamente tradicionales, entre el PRI y PAN, sino por diputados que podrían marearse en una corcholata o al subirse a un ladrillo, y ese el riesgo más importante.
TODO ESO SERÁ PARTE DE LO QUE se estará sorteando en lo que se espera, y honestamente así lo deseo, sea el promisorio futuro de México y de San Luis Potosí, por ello la apuesta no es que en aras de debates insípidos se ponga en juego el avance y las necesidades del estado, por debajo del deseo a ultranza de establecer el origen de una nueva clase política, que de poco o nada servirá si mantienen los mismos vicios o se prestan a los mismos juegos.
SUFICIENTE ES Y HA SIDO EL desgaste y la desinformación generados por los que aún son agoreros del desastre, nada más para tener la satisfacción de un “se los dije” en las redes sociales, a quienes ahora demuestran la madurez y la convicción de apoyar un proyecto, que aunque no sea el propio, debemos observar y coadyuvar para que a TODOS, nos vaya bien.
HASTA LA PROXIMA.