Jorge Torres | Plano Informativo | 12/07/2018 | 00:56
El vocero del Arzobispado, Juan Jesús Priego Rivera, hizo un llamado a las nuevas autoridades electas a que denuncien cualquier situación anómala que se presente en la transición de gobierno, específicamente para evitar lo que se denomina "el año de Hidalgo", cuando las autoridades que aún están en funciones, al ver que les quedan pocos meses en el cargo, buscan sacar algún beneficio personal.
Priego Rivera indicó que algunos servidores públicos, cuando ya han perdido la posibilidad de seguir en el cargo, pueden caer en la tentación de aprovecharse lo más que se pueda, pero precisamente en la transición, es decir los que vengan después de ellos, las personas que resultaron electas, van a poder tener acceso a información financiera sobre la situación que guarda, por ejemplo un ayuntamiento, por ello cualquier irregularidad que detecten tiene que ser denunciada para que se haga lo correspondiente y que se castigue a los responsables.
Destacó que en ese sentido algunos de los nuevos funcionarios electos han señalado que van a ser vigilantes de que la transición se dé de manera correcta y que cualquier anomalía se denunciará.
Advirtió que la Iglesia está de acuerdo con esta posición y exige que se denuncie y se castigue cualquier delito de esta índole, pues si bien no se está diciendo que los actuales funcionarios vayan a tener esta actitud, en un país como México todo es posible.
Indicó que se tienen que parar la violencia, la corrupción, la compra de influencias, los sueldos ultra millonarios de los legisladores y funcionarios públicos.
"México votó por no seguir siendo así: cómo le van a hacer nuestras autoridades, no sabemos, pero no deben desilusionar y defraudar la esperanza de México".
Priego Rivera dijo, sobre las impugnaciones que se han presentado en el marco de las pasadas elecciones, que espera que los partidos y candidatos quejosos recurran a todas las instancias legales correspondientes y que se respete la decisión de los ciudadanos, pero sobre todo que se evite caer en gestos de violencia, pues así como se reconoce el triunfo también hay que reconocer las derrotas.