Alto al Secuestro pide en Nueva York una debida protección a víctimas

La presidenta de Alto al Secuestro, María Isabel Miranda de Wallace, afirmó que es esperanzador que los jóvenes trabajen y aprendan sobre derechos humanos, al participar a la XV Cumbre Anual de Derechos Humanos Internacional en Nueva York.

Miranda de Wallace explicó que algo que debiera ser natural, como lo es el respeto por la vida, la persona, y sus bienes, por cuestiones culturales o de descomposición social, en muchas ocasiones se deja de apreciar lo humano.

La activista asistió a la cumbre en Nueva York los días 5 y 6 de julio y relató que ella sufrió el secuestro y asesinato de su hijo, quien tenía 35 años, el 11 de julio de 2005. Ante el auditorio recordó lo dolorosa que fue esta etapa, puesto que no entendía que otra persona fuera capaz de tal monstruosidad sólo por dinero.

Detalló que ella y su familia investigaron y llevaron a juicio a todos los secuestradores de su hijo y hoy, después de 13 años, siguen en juicio y en espera de obtener justicia.

En Alto al Secuestro, dijo: "Tenemos claro que no podemos quedarnos de brazos cruzados, seguimos creyendo en el ser humano, pese a lo que nos toca vivir como víctimas de secuestro. Este delito es una forma de esclavitud moderna, ya que a la víctima que se mantiene en cautiverio se le quita el valor de persona y se le convierte en una mercancía por la que hay que pagar un rescate".

Expuso que los secuestradores además de cometer un delito violan derechos humanos, puesto que someten a las víctimas a tratos crueles, inhumanos y degradantes, incluso llegan a la mutilación y cuando son mujeres, casi el cien por ciento son violadas, además de que lamentablemente muchas de las víctimas son privadas de la vida y nunca regresan con sus familiares.

Señaló que de ahí la importancia de llamar la atención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que en el Examen Periódico Universal que se realizará al Estado mexicano incluyan el delito de secuestro, a fin de que se haga énfasis en darle la debida protección a las víctimas del delito.