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Los lugares del planeta más indispensables para evitar la extinción de las especies

Agencia | 04/07/2018 | 21:03

Un equipo internacional de científicos ha determinado cuáles son las áreas protegidas más insustituibles del planeta desde el punto de vista de su biodiversidad. La lista incluye 78 lugares de 34 países diferentes, que albergan 600 especies distintas de forma casi exclusiva.
 
El trabajo se hizo a partir de una base de datos de 173.000 regiones protegidas, y las evaluaciones de 21.500 especies de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
 
“Las áreas naturales protegidas que analiza este estudio se concentran principalmente en las montañas tropicales de América Central y del Sur, África, Asia y Australia, así como en islas tropicales del Caribe, Madagascar, Filipinas e Indonesia. Estas regiones tienen una gran biodiversidad y también un alto endemismo –concentraciones de especies en una única zona geográfica–“, declara a SINC Ana Rodrigues, coautora del estudio que publica Science e investigadora del Centro de Ecología Funcional y Evolutiva (CEFE) de Francia.
 
El análisis compara la contribución de cada área protegida a la supervivencia a largo plazo de las especies con más peligro de desaparecer.
 
En total, se identificaron como ‘excepcionalmente insustituibles’ 78 lugares de 34 países diferentes. En conjunto, albergan la mayoría de las poblaciones de más de 600 aves, anfibios y mamíferos, la mitad de las cuales están amenazadas globalmente.
 
Muchas de estas áreas insustituibles están designadas como de “valor universal excepcional” bajo la Convención del Patrimonio Mundial de la Unesco. Es el caso de las famosas Islas Galápagos de Ecuador, el Parque Nacional del Manú (Perú) y las montañas Ghats occidentales de la India.
 
Esta última área protegida se encuentra en una de las regiones del mundo con mayor densidad de población humana, y mantiene una biodiversidad única y amenazada. Esto incluye al macaco de cola de león (Macaca silenus), y la rana en peligro de extinción Nyctibatrachus karnatakaensis, ambos amenazados por la pérdida de hábitat y la fragmentación.
 
Sin embargo, la mitad de la superficie cubierta por estas áreas no tiene ese reconocimiento. Esto incluye, por ejemplo, el Parque Nacional de las Montañas de Udzungwa en Tanzania, la Ciénaga de Zapata de Cuba, y el lugar más insustituible del mundo para especies amenazadas, el Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia.
 
Algunas de las especies que lo hacen irreemplazable son el Periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata), amenazado por pérdida de hábitat y la caza, y la rana arlequín (Atelopus nahumae) en peligro crítico y cuyas poblaciones se han hundido a causa de una enfermedad fúngica.
 
“Nuestro estudio destaca la importancia de asegurar una gestión adecuada de las áreas protegidas, y en especial de aquellas más irremplazables. Para que un lugar para sea designado como Patrimonio de la Humanidad, debe cumplir con unos rigurosos estándares de integridad y de gestión. Además, estas normas deben ser mantenidas en el tiempo o se perderá dicha condición. Por lo tanto, este reconocimiento sería un poderoso mecanismo para garantizar la adecuada protección de los lugares que hemos identificado, en el largo plazo”, argumenta la experta.
 
En muchos casos, estas zonas protegen especies que no se encuentran en ningún otro lugar, como el pato Laysan (Anas laysanensis), que es endémico de las islas de Hawái (EE UU), y las 13 especies únicas de anfibios del Parque Nacional Canaima en Venezuela.
 
“Todos estos lugares excepcionales serían fuertes candidatos a Patrimonio de la Humanidad”, subraya Soizic Le Saout, autor principal del estudio.
 
Una herramienta ‘online’ para la gestión de los parques
 
A diferencia de otras evaluaciones anteriores de espacios protegidos, este no se centró en aumentar el número de espacios sino que su objetivo es poner en relieve sus necesidades y proporciona una guía para mejorar la gestión –a menudo insuficiente– de las áreas existentes.
 
“La Reserva Forestal Protectora Páramo de Urrao, en Colombia, por ejemplo, en realidad no existe. Fue creada legalmente en 1975, pero nunca se ha gestionado como tal el terreno”, asegura Paul Salaman, experto en biodiversidad y director general de la Rainforest Trust.
 
Para Simon Stuart, presidente de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN: “Las áreas protegidas sólo pueden cumplir su papel en la reducción de la pérdida de biodiversidad si se gestionan con eficacia. Teniendo en cuenta los presupuestos limitados para la conservación, los gobiernos deben prestar especial atención a la eficacia de la gestión de las áreas protegidas altamente irreemplazables”.
 
Con este estudio han lanzado una base de datos online que proporciona información sobre las especies de las que cada área protegida es más responsable. Con esta nueva herramienta los gestores de los parques pueden acceder a información sobre las necesidades de conservación de cada especie.