La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una tesis en la que reconoce que el derecho a la reproducción asistida forma parte del derecho a decidir de manera libre, responsable e informada, sobre el número y el espaciamiento de sus hijos.
De esta forma, la decisión de tener hijos a través del empleo de dichas técnicas, pertenece a la esfera más íntima de la vida privada y familiar de una pareja, y la forma en cómo se construye esa decisión, es parte de la autonomía de la voluntad de una persona.
El caso surgió luego de que una madre se realizó una inseminación artificial en 2008, tras acordarlo con su esposo, quien le dio su apellido al bebé. Años después desconoció a su marido por no ser el padre biológico y exigió que se le quitara la paternidad.
La mujer sostuvo ante el Poder Judicial que su hijo tiene derecho a conocer su origen biológico o genético, ya que constituye un bien jurídico constitucionalmente legítimo con mayor relevancia frente a los derechos que en un momento se hubieran podido derivar del concepto de familia que formó anteriormente.
Mi hijo tiene derecho a que se declare procedente el desconocimiento de paternidad, que también se declare la nulidad o rectificación del acta de nacimiento, para que en ella no quede asentado el nombre y apellidos de una persona que no es su progenitor”, señaló ante tribunales la mamá del menor.
Sostuvo que en un proceso de inseminación artificial, únicamente la madre tiene un lazo genético con el menor, de modo que ella debe ser reconocida como la única progenitora y que la filiación no se puede obtener por un acuerdo de voluntades o con el simple reconocimiento de paternidad, pues ello iría en contra de los principios morales y legales que lo rigen.
Sin embargo la Corte concluyó que en este caso, la existencia de una liga biológica es innecesaria para el reconocimiento legal de la relación paterno-filial, pues la realidad biológica cede o se torna irrelevante para establecer la filiación.
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