Dr. Jaime Chalita Zarur | 25/06/2018 | 15:38
LA SEMANA PASADA ESTUVO marcada por la conducta aberrante de Donald Trump. En su mesiánica personalidad, separo familias, padres y madres de sus hijas e hijos, desde luego los menores enviados, como fue publicado en todo el mundo, literalmente a una jaula, exhibiéndolos a la prensa como si fueran mercancía.
DE HECHO ASÍ FUE COMO LOS tomó al expresar que nuestro país no hacía lo necesario para parar el éxodo de migrantes del sur a su país. También externó lo indecible pero, lo dijo, el Tratado De Libre Comercio tendrá que ser negociado en términos más duros, desde luego buscando su tan mencionando muro.
LA REACCIÓN DE LA COMUNIDAD internacional no se hizo esperar, reclamándole su conducta al tomar a niñas y niños como moneda de intercambio. México realizó lo propio enviando notas diplomáticas en forma enérgica pero, finalmente, Estados Unidos es la primera potencia mundial en armamento y también en economía, así están en su derecho, aún cuando no nos guste, como en realidad es, de hacer lo que les venga en gana en el contenido de sus fronteras.
UN TIPO BELICOSO, megalomano, narcisista, desde luego que buscará el negocio de la guerra sacrificando más vidas ajenas, pero la propia, jamás. Aclarando, los pueblos, en su mayoría, jamás han buscado las guerras que este sujeto ha querido, iniciando por la guerra económica, una que nunca nadie ha ganado y, muchos han sufrido.
DESPUÉS DE CALCULAR, PORQUE no hizo otra cosa, cómo este hecho de vergüenza internacional le impactará en las elecciones intermedias en su país, y viendo por su reelección, los intereses personales se impusieron y determinó dar marcha atrás a un daño que no podría reparase fácilmente, pues el dolor se había causado ya.
HECHO VERGONZOSO, SÍ, PERO LA verdad, en nuestro país no estamos exentos de culpas. Las personas no salen de sus lugares donde residen sus familias por que sí. La pobreza y el hambre los alcanza. Han sido y seguirán siendo, si no corregimos el rumbo, el lastre que ha tenido que cargar México: la impunidad que fomenta la corrupción y, en la lucha por el dinero y poder público, nos hizo un México violento.
ASÍ, LOS MIGRANTES CUANDO ingresan a nuestro país, también enfrentan condiciones de peligro y pérdida de sus vidas, también cuando son detenidos en confinamientos, de igual manera no son los lugares dignos que podarían ser, de hecho, podrían ser peores.
LA CONCENTRACIÓN DE LA riqueza nunca ha sido sana para la vida pública, la avaricia y las ansias de poder van generando lo indeseable: crecimiento de la pobreza y marginación, con todos los daños que de estas acciones ventajosas se derivan.
ROBO DE OPORTUNIDADES, hurto de sueños juveniles, mejor vida para los pobres, madres solteras sosteniendo a su familia, igualmente algunos padres, vivienda digna, trabajo, educación, capacitación, salud, esparcimiento, orden, combate a la impunidad y corrupción, violencia, la lista puede ser alargada y, esperaría, no interminable.
MÉXICO DEBE TENER OTRO rumbo de igualdad y justicia.
@jaimechalita