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Instinto visceral, el GPS de nuestros ancestros para buscar comida

Agencia | 14/06/2018 | 21:11

Mucho se ha hablado sobre el vinculo entre comida y memoria. Por algún extraño motivo, todos recordamos dónde nos sirvieron aquella chuleta excepcional, cómo era el local donde probamos la mejor pasta o la rosquilla perfecta. De hecho, podríamos describir en detalle el sitio, la zona y otros detalles menores. Ahora, un nuevo estudio, publicado en Nature Communications, ofrece una explicación para los privilegios que tiene la comida en nuestra memoria.
 
El nervio más largo del cuerpo humano, el nervio vago, es la carretera entre lo que los científicos han denominado los dos cerebros: el que está en la cabeza y el del tracto gastrointestinal. El nervio es clave para avisar, por ejemplo, que ya hemos comido suficiente, ya que ayuda a transmitir señales bioquímicas desde el estómago a la parte más primitiva del cerebro, el tronco encefálico.
 
Pero en este nuevo estudio, liderado por Scott Kanoski, los investigadores pueden haber encontrado un propósito mayor detrás de este complejo circuito. Este "eje del cerebro-intestino" puede ayudar a recordar dónde comimos aquel manjar dirigiendo las señales a otra parte del cerebro, el hipocampo, el centro de la memoria.
 
Los científicos creen que esta conexión entre la conciencia espacial y la comida, es probablemente un mecanismo neurobiológico que data de tiempos cuando la definición de comida rápida era una manada de ciervos huyendo.
 
“En aquel entonces – explica Kanoski en un comunicado – era fundamental que el intestino trabajara con el cerebro como una aplicación de navegación Waze o Google Maps. Aquellos humanos podían recordar un sitio donde habían encontrado y recolectado comida y regresaban repetidamente por más. Cuando los animales encuentran alimento, el nervio vago se activa, al igual que este sistema de posicionamiento global . Es una estrategia ventajosa para el animal recordar su entorno externo para que pueda volver a comer”.
 
Los autores señalan que sus hallazgos pueden plantear una pregunta médica importante y oportuna que amerita una mayor exploración: ¿podrían las cirugías bariátricas (procedimientos quirúrgicos para tratar la obesidad) u otras terapias que bloquean la señalización del intestino delgado, afectar la memoria?