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7 novelas que transcurren en casinos

Agencias | 11/06/2018 | 19:20

El jugador de Fiódor Dostoievski (1867)

Dostoyevski utilizó multitud de elementos autobiográficos para escribir esta novela. En medio de una galería de personajes que deambulan, desarraigados, por la ciudad-balneario de Wiesbaden, la figura de Aleksei Ivanovich personifica el goce, la angustia y la esclavitud del juego ligada a la dependencia absoluta de sus relaciones amorosas. La pasión amorosa frustrada que siente el escritor hacia la voluble y seductora Pólina Súslova es un reflejo de la dependencia de Ivánovich con respecto a Pólina Alexándrovna. El jugador es una contiene todas las características de las novelas más conocidas de Dostoievski: tensión, dramatismo y cierta agresividad. Además, refleja sus dos grandes pasiones: el juego y el amor.

 
Casino Royale de Ian Fleming (1953)
Esta novela supone la primera aparición del personaje James Bond, a la que seguirían once novelas más, además de dos colecciones de relatos, continuaciones hechas por otros autores y, cómo no, las adaptaciones cinematográficas que todos conocemos y que han convertido al personaje en un icono de la cultura popular. El Servicio Secreto británico tiene vigila de cerca a Le Chiffre, un comunista de la SMERSH, una organización criminal soviética que se juega los fondos de los comunistas franceses en casinos. El agente Bond llega a una decadente villa francesa con la misión de derrotar a ese peligroso gánster en una partida de cartas. Todo muy al estilo Bond.
 
Miedo y asco en Las Vegas de Hunter S. Thompson (1971)
Esta novela es una de las más demenciales de Hunter S. Thompson, figura legendaria del nuevo periodismo y creador del llamado periodismo «gonzo». La trama se centra en el viaje del propio Thompson, bajo el seudónimo de Raoul Duke, y de su abogado, Oscar Zeta Acosta alias Dr. Gonzo, en dirección a una surrealista Las Vegas, para hacer algunos reportajes y, sobre todo, alcanzar el gran sueño americano. No faltarán en la historia personajes estrafalarios y una maleta repleta de drogas. Ni que decir tiene que esta novela se ha convertido en una obra de culto de la misma manera en la que Thompson es figura de culto. Apareció por primera vez en dos volúmenes en la revista Rolling Stone, en 1971, y se hizo todavía más popular gracias a la adaptación cinematográfica que Terry Gilliam dirigió en 1998 y que contaba con estrellas de la talla de Johnny Depp y de Benicio del Toro.
 
Apocalipsis de Stephen King (1978)
Este es quizá el más atípico de todos los libros de esta lista. Aunque está presente, el casino como espacio pierde protagonismo y se convierte más bien en un elemento más de la ambientación. La historia se sitúa en un futuro postapocalíptico, en el que un virus gripal, creado de forma artificial como arma bacteriológica, se por todo el mundo provocando la muerte de la mayor parte de la población. A partir de ahí encontramos muchos de los componentes típicos de las narraciones de Stephen King: supervivientes que comparten sueños en los que aparece una anciana que los incita a emprender un viaje para enfrentarse a un misterioso personaje que encarna las fuerzas del mal y que quiere aniquilar a la humanidad definitivamente. Un apunte curioso es que en la novela Las Vegas es destruida con una bomba atómica.
 
Los tontos mueren de Mario Puzzo (1978)
Además de haber escrito El Padrino, que le daría fama internacional, Mario Puzzo publicó otras novelas que merecen la pena. Una de ellas es Los tontos mueren, que precisamente es su siguiente libro después de la publicación de El Padrino. La novela trata sobre John Merlyn, un aspirante a escritor y funcionario del ejército que viaja a Las Vegas, donde conoce a Cully, un jugador profesional en bancarrota y estafador de tres al cuarto. Ambos traban una amistad y son testigos del suicidio de un tercer personaje, Jordan Hamley, un jugador que tenía una tremenda racha de buena suerte. Hay que decir que este libro, que muestra una visión desencantada y corrupta de la sociedad estadounidense contemporánea, era el preferido de Puzzo, por encima de El Padrino.
 
Leaving Las Vegas de John O’Brien (1990)
La novela narra la historia de Ben Sanderson, un guionista alcohólico que después de divorciarse cae en una espiral de autodestrucción que le lleva a ser despedido por el estudio de producción donde trabaja. Ben decide irse a Las Vega, la cuidad donde los bares nunca cierran, para beberse hasta el agua de los floreros. Allí encontrará a Sera, una joven prostituta que huye de su anterior chulo, y ambos se enamoran aprendiendo a aceptarse mutuamente tal y como son. El libro fue publicado en 1990 por Watermark Press, una modesta editorial de Kansas, y no sería versionado al cine hasta 1995. Leaving Las Vegas está basada en la autobiografía del propio O’Brien, que se suicidó pocos meses antes del inicio del rodaje de la película, por lo que no pudo conocer el éxito que tendría su historia.
 
América de James Ellroy (1995)
A James Ellroy le pasa algo parecido a Mario Puzzo con El Padrino, que sobre todo es conocido por L.A. Confidential y, en menor medida, por La Dalia Negra. Una de esas novelas menos conocidas es América, que en realidad es la primera parte de una trilogía, la de los bajos fondos, continuada con Seis de los grandes y Sangre vagabunda. Las tres novelas narran una saga de corrupción de finales de los cincuenta y principios de los sesenta e incluye muchos componentes de la historia real: los asesinatos de John F. Kennedy y Martin Luther King y la Guerra de Vietnam, entre otros muchos acontecimientos. Las Vegas tiene una fuerte presencia como bastión de la mafia.