Convencidos de que en familia todo sale mejor, Pepe Aguilar, su hermano Toño y sus hijos Leonardo y Ángela llevaron un espectáculo de música y jaripeo al Palacio de los Deportes ante 19 mil personas que asistieron, cifra proporcionada por OCESA.
A través de canciones mexicanas, los músicos demostraron que la familia entera es talentosa y fueron avalados por los aplausos del público, que no dejó de ovacionarlos desde que el espectáculo comenzó, pocos minutos después de las 18:00 horas.
El primero en salir fue el hijo mayor de Pepe, Leonardo, quien a sus 18 años se mostró seguro como jinete y cantante.
Después de que su hermano abandonara el ruedo, Ángela, con 14 años la menor de la familia, entró para hacer sentir su orgullo por las tradiciones que le vienen de herencia.
"Es un honor para mí estar aquí con ustedes esta noche, disfrutando de nuestro México y de nuestra música", dijo Ángela al bajar del carruaje jalado por dos caballos en el que entró al ruedo de tierra.
Pese a ser joven, Ángela conquistó a los presentes con su interpretación de temas como "La Llorona", en la que estuvo acompañada de un catrín a caballo.
Los presentes no perdieron oportunidad de brindar con cervezas, para demostrar su felicidad por el espectáculo, que también presentó suertes de florería y un concurso para ver qué vaquero permanecía más tiempo sobre un toro.
Antonio Aguilar Jr. se presentó después de sus sobrinos y en su caballo blanco encantó a los presentes, que reconocieron su talento con muchos aplausos, antes de la salida del más esperado: Pepe Aguilar.
La dinastía completa encantó a los presentes con el talento de familia, pues todos recordaron a Antonio Aguilar, padre y abuelo a quien dedicaron temas a lo largo de la noche.
"Esta canción no va dedicada para nadie aquí presente. Está en mi voz únicamente puede ir dedicada para Don Antonio Aguilar", gritó Pepe antes de entonar "Albur de Amor" en memoria a su padre, una de sus primeras canciones de su acto.
A los Aguilar, el amor por la familia también los conectó con el cariño por México, pues las tradiciones de la charrería y su gusto musical lo musical lo adquirieron en sus infancias, por lo que llamaron a no olvidar.
"Me tardé 20 años en volver a montar un caballo en un escenario. Desde 1998 hasta ahora no me había trepado en un animal para cantar, pero hoy más que nunca creo que requerimos una buena dosis de memoria. Es cuestión de acordarnos y volver a gritar con honor, ¡Viva México, chingao!", gritó Pepe ante sus seguidores.
Con éxitos como "Por Mujeres Como Tú", Pepe conquistó los corazones y, en algunos temas, ni siquiera tuvo que cantar el final de la letra, pues los asistentes se encargaban de terminarlas.
Después de entonar 14 canciones, Pepe se despidió del público, pero ante la exigencia de escuchar más, la banda volvió, al igual que Leonardo, quien deleitó a los asistentes con cuatro canciones más que entonó montado a caballo antes de despedirse y dar el espectáculo por terminado.
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