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3 siglos de tradición en la delicada porcelana de Augarten
3 siglos de tradición en la delicada porcelana de Augarten
3 siglos de tradición en la delicada porcelana de Augarten
3 siglos de tradición en la delicada porcelana de Augarten
moda y belleza

3 siglos de tradición en la delicada porcelana de Augarten

EFE | 29/05/2018 | 16:04

La tradición y la vanguardia se dan la mano en los exquisitos y delicados objetos de la Manufactura de Porcelana Augarten en Viena, que recuerda estos días la misteriosa trama de espionaje industrial y traición que fue su origen hace tres siglos.

Situada en el parque público "Augarten", el más antiguo de la capital austríaca, la que fue la segunda fábrica fundada en Europa para no tener que importar la cara porcelana de China, celebra sus 300 años con muestras de sus creaciones en varios museos y galerías.

Las valiosas piezas reflejan un amplio abanico que abarca desde los primeros diseños hasta obras modernas.

"Se hace todo a mano, desde el principio hasta el fin", dice a Efe Joshua Benz, experto del Museo Augarten, tras recordar que "los emperadores europeos se enamoraron de inmediato en la porcelana" que Marco Polo trajo de China en el siglo XIII.

La traslúcida cerámica vitrificada, con su fragilidad extrema y extraordinaria resistencia al calor y a la corrosión, despertó de inmediato el interés de los alquimistas, que se lanzaron a por la misteriosa fórmula de lo que apodaron "oro blanco".

Lograr ese objetivo llegó a ser tan aspirado como "hallar la piedra filosofal o crear oro", destaca Benz.

Hoy, la fórmula no es ningún secreto y la Manufactura Augarten muestra cómo la elaboran los artesanos.

Además de agua, la composición de la masa consta de caolín (50 %), cuarzo (25 %) y feldespato (25 %).

En forma sólida se usa para tornear los platos, tazas y demás vajilla, mientras que la líquida es para piezas más complejas.

Las formas de las figuras se crean en moldes de yeso que se llenan con la porcelana líquida.

En 7 a 8 minutos se seca la capa exterior, la llamada "piel", de unos 5 milímetros, y el yeso absorbe parte del agua, por lo que la figurilla se encoge 1-2 milímetros, lo que permite separarla del yeso y vaciar de su interior el resto de porcelana líquida.

Así, en esta primera fase queda moldeada la porcelana, aunque aún está húmeda, con la forma de los componentes que serán luego ensambladas en la figura definitiva. Ésta se somete a su primera cocción en un horno de gas a 950 grados centígrados.

El siguiente paso es el esmaltado, para lo cual se introduce la figura en una tina llena de porcelana líquida. Una vez seca, recibe el sello de la casa. La segunda cocción, a 1.380 grados, la encoge en un 15 % y le da el brillo definitivo.

Con pinturas especiales se procede a la decoración, que también requiere de una cocción, a más de 800 grados.

Una de las tarjetas de visita de la casa es "El Jinete Español", solicitado con frecuencia como obsequio oficial del Estado a huéspedes o anfitriones.

En varias posturas, fue diseñado en la década de 1920, inspirado en la famosa Escuela Española de Equitación de la capital austríaca.

La Manufactura Augarten, que hoy produce unas 35.000 piezas cada año, debe su nacimiento a Claudio Innocentius du Paquier (1679-1751), un agente del Consejo de Guerra de la Corte vienesa de los Habsburgo, en la época en la que el reino de Polonia-Lituania era el único que producía la preciada porcelana en Europa.

En el origen de la "Porcelana Du Paquier", que con sus ricas gamas de colores y matices fue la base de la tradición vienesa, encontramos "una auténtica historia de suspense, de espionaje industrial entre las primera y segunda fábricas europeas de porcelana más antiguas", reconoce Benz.

Du Paquier consiguió "robar" los secretos que se guardaban celosamente en la fábrica Meissen, en el entonces reino de Polonia, fundada en 1708.

"No sabemos exactamente cómo lo hizo, pero, sin duda, el factor financiero desempeñó un importante papel", explica Benz, al confirmar que Du Paquier logró arrebatarle a Meissen a algunos de sus arcanistas, hombres que poseían el secreto de cómo elaborar la porcelana.

"Sin duda, les ofreció dinero y les prometió una vida más lujosa en Viena. Así que se vinieron para aquí", explica.

El emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico otorgó a Du Paquier el monopolio para fabricar porcelana en su imperio, en la fábrica que se abrió en 1718 en los extramuros de Viena.

En 1744, bajo el reinado de la emperatriz María Teresa de Austria, la manufactura fue nacionalizada como "Fábrica Imperial de Porcelana de Viena".

Tuvo que cerrar por problemas económicos en 1864 y la actividad no se retomó hasta 1923, ya bajo el nombre de "Augarten".

Gracias a la participación de artistas tan famosos como Josef Hoffmann o Michael Powolry, se convirtió, en poco tiempo, en una de las de mayor prestigio de Europa.